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cumbre en bruselas

Los líderes de la UE ratifican el Tratado de disciplina fiscal

La normativa, firmada por todos los países salvo Gran Bretaña y la República Checa, obliga a fijar un déficit maximo del 0,5% en las Constituciones

EFE
BRUSELASActualizado:

Todos los países de la Unión Europea, con excepción del Reino Unido y de la República Checa, han firmado hoy el pacto fiscal, con lo que sellan su compromiso con la disciplina presupuestaria. Los jefes de Estado y de Gobierno de 25 países miembros de la UE rubricaron el llamado "Tratado para la Estabilidad, la Coordinación y la Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria", en una ceremonia al inicio del último día de la cumbre europea.

El tratado supone un "importante paso para restablecer la confianza en la UE" y también permitirá "prevenir la repetición de la crisis de la deuda soberana", ha afirmado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al inicio de la ceremonia de firma. Tras la firma de los líderes se abre ahora un proceso para la ratificación del tratado en los parlamentos nacionales, que puede durar un año, mientras que Irlanda celebrará un referéndum.

El pacto, que fue acordado en la cumbre del pasado 31 de enero, entrará en vigor el 1 de enero de 2013, si 12 países miembros de la eurozona han ratificado el documento, o el primer mes después del depósito de los instrumentos de ratificación de 12 Estados del euro. Aunque Londres y Praga no se han sumado a la iniciativa, el pacto "sigue abierto a todos", ha recordado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

El principal objetivo del acuerdo es obligar a los países a incluir de manera vinculante y permanente en sus legislaciones o constituciones la llamada "regla de oro", destinada a limitar el déficit estructural anual (sin incluir los gastos e ingresos de carácter cíclico) al 0,5 % del PIB.

Consecuencias para España

Sus primeras consecuencias ya se han hecho visibles. Tanto la Comisión como Suecia, Finlandia y Luxemburgo han esgrimido el endurecimiento del rigor fiscal previsto en el nuevo Tratado como argumento para no relajar de inmediato el objetivo de reducción de déficit para España, como pretendía el Gobierno.

El Ejecutivo comunitario elaborará informes sobre la correcta introducción del freno de deuda en las legislaciones por parte de cada país, y si persiste el incumplimiento, uno o más firmantes del acuerdo podrán llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la UE. Los países podrán además, con independencia de los análisis de la Comisión Europea, denunciar a otro país ante esa corte. Las multas podrán ascender, en última instancia y como máximo, al 0,1% del PIB.

El pacto vincula a partir del 1 de marzo de 2013 la concesión de rescates a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) a países a la ratificación del pacto fiscal, y su contenido deberá ser trasladado a los Tratados de la UE en un plazo máximo de 5 años.

Los países tendrán que implantar un mecanismo automático de corrección de los desvíos de los objetivos del déficit o del camino de consolidación, así como tener en cuenta su impacto acumulativo en la deuda. El pacto permite, no obstante, a los países desviarse de esos objetivos a medio plazo o del ajuste, pero solamente en circunstancias excepcionales como una "severa contracción económica".

Solamente los gobiernos con una deuda sustancialmente inferior al 60 % del PIB podrán alcanzar un déficit estructural de hasta el 1,0 % del PIB. Los países con una deuda superior al 60 % del PIB deberán reducirla en una veinteava parte al año.