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CINE

El descubrimiento de Leonora Carrington

Javier Martín-Domínguez repasa en un documental la vida de la última gran pintora surrealista

DANIEL ROLDÁN
MADRIDActualizado:

"Un poema que camina, que sonríe, que de repente abre una sonrisa que se convierte en un pájaro, después en pescado y desaparece". De esta manera definía Octavio Paz, el gran Nobel mexicano, a Leonora Carrington (Lancashire, Inglaterra, 1917 - México D. F., 2011), la última gran pintora surrealista que vivió desaparecida los últimos años de su vida. No es que permaneciera oculta del resto del mundo. Simplemente, vivía con tranquilidad en la colonia Roma de la capital mexicana. Su vida tranquila se alteró por dos motivos: la publicación de 'Leonora', publicado por su amiga Poniatowska y la aparición por su casa de Javier Martín-Domínguez, un documentalista español que ya había rodado una biografía de Paul Bowles y una particular versión de 'Viaje a la luna' de García Lorca.

El cineasta español quería grabar a Carrington, que ella le contara su vida para un documental. La pintora aceptó y comenzó el proyecto, 'Leonora Carrington. El juego surrealista', que se ha estrenado hoy en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (México). En principio, Martín-Domínguez iba a estar una tarde. Pero la conversación duró diez días porque la "última memoria viva del movimiento surrealista" quiso que el documental fuera un testimonio de toda su vida, desde "la batalla que emprendió para liberarse de una educación opresora y explorar" hasta sus últimos días como artista.

La creadora mexicana fue una artista singular, mujer de extraña y retraída personalidad. Nacida en 1917 en Lancashire, en Reino Unido, ingresó en la academia de arte Ozenfant, situada en la capital británica, cuando tenía 19 años. Un año más tarde, conoció al hombre que cambió su vida y la concepción que tenía del arte: Max Ernst. Carrington se convirtió en su amante -él era 26 años mayor que ella- y la introdujo en el mundo artístico parisino. Conoció a André Breton, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Pablo Picasso, Joan Miró o Marcel Duchamp.

Huida en busca de la salvación

Cuando Ernst fue acosado por los nazis, inició Carrington una huida que pasó por España y Portugal, desde donde saltó a México en 1941. En aquella huida buscando la salvación, la pintora mexicana fue encerrada en un manicomio en Santander por culpa de la detención de su amante por los nazis, que lo enviaron a un campo de exterminio. "Carrington se hizo surrealista con Max Ernst acabó enloqueciendo cuando fue deportado", explicó la íntima amiga de la pintora durante más de medio siglo, la escritora Elena Poniatowska, quien le dedicó la novela 'Leonora', una recreación de su vida en la que obtuvo en 2011 el premio Biblioteca Breve de Seix Barral.

Después de abandonar la institución psiquiátrica cántabra, llegó a Nueva York antes de recalar en México. "Leonora fue un ser muy solitario que vivió con el miedo que supone estar internada en un centro psiquiátrico y luego llegó sola a un país, sin hablar su idioma, y sabiendo que tenía que vivir de su pintura, ya que padre la había desheredado", apuntó Poniatowska. Ese miedo también está reflejado en el documental dirigido por el actual director del festival de Cine de Sevilla. En el país norteamericano echó raíces y pasó siete intensas décadas tras contraer matrimonio primero con el escritor y periodista mexicano Renato Leduc y en segunda nupcias con Imre Weisz, fotógrafo de origen húngaro, con quien tuvo dos hijos, Pablo y Gaby. Weisz fue quien rescató los negativos de la maleta mexicana de Capa. La última parte de su vida transcurrió en una casita de un popular barrio de la capital en la que instaló su estudio y creó buen parte de sus pinturas, esculturas y grabados.