El nuevo logo hace un guiño a los orígenes

Microsoft ha decidido acompañar el lanzamiento de la nueva entrega de Windows con un radical cambio de logotipo. «Es una reimaginación completa del sistema operativo», comentaban desde la empresa de Redmon, justificando de esta forma los motivos que les han llevado a cambiar el coloreado símbolo que ha acompañado casi siempre a su producto estrella.

«Los desarrolladores no han dejado nada sin explorar», se explicaba sobre la nueva imagen en la que han buscado «que reflejase mejor el diseño Metro (nombre con el que se ha bautizado la nueva interfaz)». El principal cambio que se ha ejecutado ha sido en el color. Han renunciado a la tradicional composición que combinaba el color rojo, verde, amarillo y ha apostado únicamente por el azul en la nueva imagen. En un sencillo diseño, los cuadros se sitúan a la izquierda, acompañados únicamente por el nombre del nuevo sistema operativo.

Una de las motivaciones de los responsables del proyecto ha sido que el nuevo logotipo dejase de parecer una bandera, como ocurría en las últimas versiones, y plantearon a los directivos de Microsoft que se asemejasen más a ventanas, lo que significa Windows. La nueva marca recuerda a la identidad corporativa de la primera versión, que llegó al mercado en 1985, y que desde entonces ha evolucionado con cada cambio.