Anticorrupción cree inverosímil buena parte de la declaración de Urdangarin
No ve creíble que un licenciado en Empresariales dejara el control de sus cuentas a un farmacéutico Llegó a negar que supiera cuánto dinero había en sus cuentas o las cantidades que movía su empresa
PALMA DE MALLORCA.Actualizado:Negarlo todo, echar balones fuera y culpar a su exsocio Diego Torres y a sus empleados quizás haya empeorado la compleja situación judicial de Iñaki Urdangarin. El duque, es cierto, evitó contradicciones a pesar del acoso de las acusaciones y el juez. También sorteó algún nuevo charco presentándose como un absoluto ignorante de sus propias cuentas, pero sus 22 horas de declaración no han convencido lo más mínimo ni a la Fiscalía ni a los investigadores del 'caso Nóos'. Anticorrupción considera inverosímil gran parte de las explicaciones del yerno del Rey, y avisa que su interrogatorio no le aleja, ni mucho menos, de que se le retire la imputación. La estrategia de autorretratarse una y otra vez como el deportista ajeno por completo a los números, explican en la Fiscalía, resta credibilidad a toda su versión.
Fuentes de ese departamento estiman que es imposible, salvo «irresponsabilidad mayúscula o tremenda indolencia», que una persona como Urdangarin fuera totalmente ignorante de los movimientos millonarios de sus empresas. Durante la larguísima declaración, apuntan responsables de Anticorrupción, demostró ser un tipo muy inteligente y conocer al dedillo todo lo que le interesaba declarar. Su currículum tampoco es el de un nuevo rico crédulo que confía todos sus negocios al primero que pasa.
«Licenciado en Empresariales, máster en Intervención de Empresas, máster de Bussines Administration, profesor de Esade, consejero de Telefónica, consejero en otro puñado de firmas y asesor de compañías como Sol Meliá y en su declaración asegura que él no fijaba sus honorarios en Nóos, pues simplemente se limitaba a recibir el dinero que le daba Torres», señalan no sin intención fuentes de la acusación pública. En la Fiscalía no se creen que dejara todos sus negocios en manos del administrador Marco Antonio Tejeiro, que es un farmacéutico, y del asesor Miguel Tejeiro, quien además era el cuñado de Torres, con quien desde 2008 se encuentra enfrentado.
Rayano en la dejadez
Su insistencia en aparecer ante el juez José Castro como un ignorante absoluto, rayano en la dejadez, llega al absurdo de incluso decir que ni siquiera, a pesar de su formación, miraba su cuenta bancaria o la de Aizoon, que tenía compartida con la infanta y con la que supuestamente desvió centenares de miles de euros de dinero público. En esa línea extrema de defensa llegó a afirmar no saber si, como sostiene la investigación, su empresa pagaba 600 euros a la semana a Cristina de Borbón, como si de una suerte de proveedora se tratara. Sostuvo incluso que no sabía el dinero que ella o su esposa sacaban de la cuenta de Aizoon.
De las cosas que más han extrañado a los fiscales y al juez es que Urdangarin sostiene que fue Torres quien se 'introdujo' en Aizoon -donde no tiene ni poderes ni cargo ni firma- para intentar cobrar 70.000 euros con una factura falsa por unos trabajos que jamás se realizaron. Cuando hay algún documento que le implica directamente, como la chequera con salidas a su nombre de 147.800 euros en 2008, argumentó que alguien suplantó su identidad para cobrar esos talones, una versión difícil de creer habida cuenta de que su nombre y su rostro son muy conocidos. En cualquier caso, dijo que no reclamó ese supuesto robo porque no cayó en la cuenta de que le habían desaparecido de la cuenta 25 millones de las antiguas pesetas.
Esa dejadez -que implica no echar jamás un vistazo a sus cuentas, explican los expertos de la Fiscalía- contrasta no solo con las decenas de testimonios de empleados de Nóos e imputados que aseguran que todo en el instituto se decidía al alimón entre el duque y Torres, sino con las pruebas que apuntan a que Urdangarin sí que estaba al día de los números cuando se trataba de cobrar facturas, ya que ha reconocido que intermedió para cobrar una de 400.000 euros a Matas.
La reiterada táctica de no contestar ni una sola pregunta que en su enunciado llevara la palabra «euros» le condujo al límite de decir que no recordaba la forma en que su socio le devolvió un préstamo de 400.000 euros. Con aparente displicencia ante una nueva pregunta sobre ese particular, dijo no lograr recordar si esa importante cantidad para la compra de un piso se la devolvió Torres con una o varias transferencias, en diferentes pagos o a tocateja.
Tal y como recuerdan los investigadores, el licenciado en Empresariales, sabedor de que su firma no aparece en ninguno de los convenios de la administración, ni en una ocasión admitió haber hablado de dinero con los responsables políticos. El master en Intervención de Empresas dijo ignorar que tras conseguir un contrato público hay que «rendir cuentas» a la Administración. Cuando Nóos se hizo con 1,2 millones del Gobierno balear gracias a unas facturas con el mero epígrafe de «honorarios», dijo no haberse enterado pese a ser el máximo responsable del instituto. En cualquier caso, estimó «correcto» cobrar 900.000 euros de dinero público sin mayor supervisión por un foro deportivo en Valencia de dos días de duración habida cuenta de la «exclusividad del proyecto», que fue idea suya, eso sí lo reconoció, y la «contratación de equipos muy profesionales».