Grave déficit
España no está en condiciones de bajar del 8,51% de déficit al 4,4% en solo un año sin hundirse en la recesión
Actualizado:La noticia de que el déficit del conjunto de las administraciones públicas en el año 2011 fue del 8,51% acentúa el grado de preocupación sobre las perspectivas de la economía española durante este y los próximos ejercicios. El cuadro elaborado por el Ministerio de Hacienda sitúa en las comunidades autónomas la carga de responsabilidad del desequilibrio presupuestario, dado que no han conseguido rebajar ni en una décima el déficit con el que cerraron 2010. Pero su 2,94% agregado es el resultado de comportamientos muy dispares, en los que el esfuerzo de unos gobiernos autonómicos contrasta con el incomprensible aumento del déficit por parte de otros. Aunque no es este el problema más acuciante. La información facilitada ayer por el ministro Montoro y remitida a Bruselas confirma una desviación respecto al objetivo comprometido de dos puntos y medio, y sitúa a España en la encrucijada de procurar que la UE revise al alza el objetivo de un 4,4% de déficit para este año, con el coste que ello pueda comportar desde el punto de vista de nuestra credibilidad ante los mercados, o redoblar el sacrificio añadiendo factores recesivos al decrecimiento previsto. Ayer Cristóbal Montoro eludió pronunciarse sobre la cuestión, apuntando que los términos «flexibilizar» o «relajar» el déficit eran ajenos a las intenciones del Gobierno. Seguramente no se trata solo de una postura formal o diplomática respecto a la Unión y a los demás socios europeos. La solicitud expresa de que se flexibilice el objetivo de déficit afectaría a la imagen de gobierno resuelto con el que Rajoy trata de ganarse la confianza de los mercados. Pero habría una razón más inmediata para no oficializar una postura proclive a la corrección de ese 4,4%, el temor a que Bruselas acabase manteniendo dicho horizonte o que -lo más probable- decidiera revisarlo moderadamente y a cambio de ajustes estructurales en el sector público español. La actitud disciplinada que el ministro Montoro quiso mostrar ayer trata de preservar, en realidad, el máximo de autonomía para el gobierno Rajoy a la espera de que los pronósticos de recesión lleven a la UE a establecer un horizonte de déficit más realista y, sobre todo, más adecuado para iniciar cuanto antes la reactivación de las economías del euro.