Trabajo a destajo con 10 años
Actualizado:Hagan la prueba. Teclee 'Pakistán childlabour' en imágenes de Google. O niños trabajadores de Pakistán. Mire esos rostros inocentes manchados de carbón, esas ropas ajadas de cargar escombros o esos ojos entre lágrimas que le observan desde la pantalla. Si aún no se le ha caído el alma a los pies, mire a la cara a Zakir. Tiene 10 años y el de la foto es su cuarto de juegos. Él no entiende de debates sobre modelos educativos y no se le ocurre molestar a sus padres mientras duermen. De hecho, no tiene fuerzas ni para ello. Trabaja de sol a sol troceando pescado en el puerto de Karachi. Apenas tiene unos minutos para descansar en una banqueta, con la mirada perdida, abandonado entre escamas y cabezas sanguinolentas.
Ocho millones de niños se quedan sin jugar cada día en Pakistán, trabajando como sirvientes en casas adineradas, en obras o en minas. O reciclando en estercoleros el material electrónico que desecha el primer mundo. Muchos mueren de tanto respirar plomo. Zakir, de momento, al menos aún suspira.