El G20 insiste a Europa en que aumente su lucha contra la crisis de deuda soberana
MADRID.Actualizado:Juego de presiones en la cita que mantienen estos días en México los ministros de Finanzas y los banqueros centrales de los países del G20. Una cita preparatoria de la próxima cumbre de las veinte naciones más ricas del mundo, que se celebrará en abril, y que tiene un único eje central: la crisis de deuda soberana que sufre Europa.
El mensaje que se traslada a los responsables económicos del Viejo Continente es claro; deben reforzar a toda costa lo que los expertos llaman «cortafuegos». En definitiva, los esquemas de protección fijados desde Bruselas para evitar que la debacle griega se extienda a otras economías, en un marco en el que España e Italia se enfrentan a una seria recesión mientras el resto de la zona euro asume la posibilidad de que 2012 sea un año ligeramente en negativo. La demanda es general, desde el Tesoro estadounidense a los denominados BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), que quieren más cuota de poder en el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que parecen no querer alimentar con más fondos con destino a Europa si esta no ataja de una vez por todas las dudas sobre su particular crisis.
La principal petición del G20 es la de sumar el Fondo Europeo para la Estabilidad (dotado con 250.000 millones de euros) al llamado Mecanismo Permanente, lo que conformaría un muro de contención de 750.000 millones de euros o, lo que es lo mismo, un billón de dólares.
Pero como tantas otras veces, hay un problema que se llama Alemania. El país germano no tiene clara esa opción, pues entiende que no es el momento de unir esos dos sistemas. Así lo declaró en México su ministro de Finanzas, Wolfang Schaeuble, quien sentenció que «no tiene ningún sentido económico hacer caso a esos llamamientos para inyectar dinero sin fin en los fondos de rescate».
En esta tesitura, la cumbre de líderes europeos prevista para los días 1 y 2 de marzo, y que iba precisamente a analizar el futuro de los fondos de rescate, corre el riesgo de convertirse en un fiasco. La Unión Europea se había comprometido a analizar el asunto en esa reunión 'de primavera', pero ahora todo depende de Alemania.
Schaeuble no cerró todas las puertas, y explicó a sus colegas del G20 que «marzo va del día 1 al día 31». «En ese plazo examinaremos si el volumen de los mecanismos es el suficiente dados los recientes acontecimientos económicos», sentenció.