Fernández Ordóñez insta a rebajar los salarios y los precios
Recuerda que cuando se comparte una misma moneda, este tipo de 'devaluación interna' es necesaria
MADRID.Actualizado:El gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, cree imprescindible, a corto plazo, aplicar un ajuste de precios y salarios, así como aumentar la productividad mediante una mejor gestión del trabajo, para conseguir la vuelta al crecimiento y a la creación de empleo y recuperar la confianza en la economía española. Es lo que se conoce como una devaluación interna o 'fría', considerada la fórmula más eficaz de ganar competitividad cuando no se puede aplicar la depreciación del tipo de cambio por pertenecer a un área monetaria común.
Fernández Ordóñez, que pronunció el discurso inaugural de una jornada de homenaje a su antecesor, Luis Ángel Rojo, recientemente fallecido, argumentó que, en España, «la necesidad de reducir los elevados niveles de endeudamiento público y privado» hace de la mejora de la competitividad la variable fundamental al alcance de las políticas económicas nacionales, junto a la solidez de las finanzas públicas y la flexibilidad de las estructuras económicas como otros requisitos imprescindibles.
El responsable del instituto emisor, tras glosar el éxito de la implantación del euro, recordó que los gobernantes de los países que comparten la moneda única llevan consumidos casi dos años intentando construir algún mecanismo de aseguramiento mutuo que desempeñe un papel estabilidador de los mercados, «sin haberlo conseguido todavía». Lamentó que «una parte desproporcionada de la tarea de defender la estabilidad de la zona ha recaído sobre el Banco Central Europeo», institución que ya en fase temprana adoptó «una política generosa» de provisión de liquidez.
El gobernador criticó la lentitud y escasa eficacia de los líderes políticos. La actuación del BCE, además de ser coyuntural, no sirve para resolver el problema crucial de la zona euro, que la crisis ha destapado en toda su crudeza: países con estructuras económicas muy distintas comparten una moneda común sin disponer de las políticas monetaria y cambiaria, ni haber avanzado hacia una mayor integración económica. Los pasos dados por los jefes de Estado y de Gobierno van en la dirección correcta, pero, dicho cortesmente -ironizó- el ritmo al que se están tomando las decisiones, «tiene notable margen de mejora».