La estrategia iraní

Hay en Occidente un debate antiguo que, a pesar de todo, ha terminado por aceptar que el equipo de gobierno en Teherán es 'racional', es decir, que hace lo que hace según un plan elaborado desde criterios pragmáticos, como son los de la política exterior. Pero la conducta de los centros de poder allí sigue siendo errática, extemporánea y a veces provocadora. El Gobierno acaba de anunciar que corta sus ventas de petróleo a algunos países industriales occidentales y un par de sus barcos de guerra han pasado al Mediterráneo como señal de apoyo al socio sirio en dificultades. Mientras, se indica un deseo de reanudar pronto la negociación sobre su problemático programa nuclear. Si esto último se confirma, y hay en Washington y en Bruselas un cauto optimismo, Teherán estará en el buen camino, si acepta que tal programa sea puesto bajo creíble control de la AIEA, cuyos inspectores están hoy en el país. Sería un indicio estimulante de que alguien piensa allí en términos prácticos: hay elecciones legislativas la próxima semana y también en Irán la gente aprecia la distensión y se cansa de tanto sermón.