La Eurozona alcanza un acuerdo para aprobar el segundo rescate pero extrema el control sobre Grecia
Atenas acepta la ampliación de la misión de la UE en el país y priorizará el pago de la deuda con una cuenta bloqueada
BRUSELAS Actualizado: GuardarLa Eurozona ha alcanzado un acuerdo para desbloquear el segundo rescate de Grecia, la piedra angular en la estrategia comunitaria para poner fin a la crisis de la deuda soberana y empezar a pensar en la recuperación económica. Tras otra jornada maratoniana de negociaciones que se ha alargado hasta bien entrada la madrugada, los 17 miembros de la moneda única han logrado aprobar un salvavidas que llegará hasta los 130.000 millones de euros. A cambio del dinero, Atenas ha aceptado unas rigurosas condiciones que implican reforzar el equipo de expertos europeos desplegados en el país para controlar la aplicación de los ajustes.
Pese a que antes del encuentro todo parecía encarrilado, los ministros de Economía de la zona euro han necesitado 13 horas para liberar el nuevo rescate. Las negociaciones se alargaron tanto porque no solo participaban los titulares de Finanzas. En paralelo, los miembros de la moneda única dialogaban con el Instituto Internacional de Finanzas, la asociación del sector financiero que representa los intereses de los inversores privados en Grecia. Este colectivo era fundamental en todo el proceso porque uno de los ejes centrales pasaba por reducir la colosal deuda helena -350.000 millones, el 160% del PIB- hasta un volumen sostenible que permitiera al país volver a respirar con relativa normalidad.
Los acreedores helenos habían aceptado en principio condonar hasta un 70% de la deuda ante la presión de la Eurozona. En las últimas semanas, sin embargo, había quedado claro que esta rebaja era insuficiente porque la situación de la economía helena se había deteriorado más de lo previsto. Con esta evidencia sobre la mesa, el club del euro echó mano de toda su capacidad de persuasión -no hay que olvidar que decenas de bancos se han salvado gracias al dinero público- para forzar una reducción todavía mayor. Finalmente, el Instituto Internacional de Finanzas perdonará hasta el 75% del valor de los bonos, lo equivale a 106.000 millones.
El mayor esfuerzo exigido a los acreedores se ha completado con otras medidas para que las cuentas acaben de cuadrar. Con el objetivo de que la deuda helena baje hasta el 120% del PIB en 2020, lo que ya se considera un volumen sostenible, los socios también han acordado rebajar el tipo de interés del primer rescate concedido al país. Con esta suavización de las condiciones, el Tesoro heleno solo pagará un 1,5% por los préstamos. El BCE, que tiene alrededor de 40.000 millones en bonos del país meditarráneo, se unirá a la batería de medidas y facilitará que los beneficios asociados a la compra de títulos para tranquilizar a los mercados regresen a las arcas helenas.
Expertos nacionales
La revisión general de las condiciones exigirá nuevos sacrificios a Grecia. Tras haber acordado más recortes este año, el Gobierno heleno ha aceptado ceder más soberanía para que los socios puedan controlar todavía más de cerca la puesta en marcha de las reformas. Los ministros de Finanzas han convenido que el equipo de la Comisión instalado en el país se ampliará de forma "permanente" con este propósito. Además, los socios podrían enviar expertos complementarios que también contribuirían a facilitar el trabajo de la troika formada por la UE, el BCE y el FMI. Alemania había reclamado especialmente esta férrea supervisión ante la falta de avances en Atenas con distintos ajustes comprometidos.
Los titulares de Finanzas pactaron a su vez un mayor control del dinero que se entrega al Ejecutivo heleno. La medida estrella es la apertura de una cuenta bloqueada que priorizará el pago de la deuda antes de los fondos necesarios para el funcionamiento del Estado. Incluso, se ha recomendado a Atenas que siga los pasos de España y fije en su legislación como objetivo “prioritario” el pago a los acreedores, lo que contribuye a ganar crédito entre los inversores. El comisario de Economía, Olli Rehn, ha confiado en que el cierre del segundo rescate permita “dar la vuelta a la esquina” para que Europa se pueda centrar en impulsar el crecimiento.