TERRA NOVA
Actualizado:Cuatro ha estrenado esta semana 'Terra Nova', una serie de ciencia ficción (americana) que viene de la mano de Steven Spielberg, nada menos, sobre un texto original de Kelly Marcel y Craig Silverstein. El planteamiento de 'Terra Nova' es puramente catastrofista: en el año 2149 la Tierra se ha llenado de gente y de porquería, aquí ya no se puede vivir y no queda otra que buscar cobijo fuera. 'Fuera' quiere decir en un lejano planeta que reproduce condiciones que un terrícola consideraría paradisiacas. La colonia se llama 'Terra Nova'. Eso sí, hay un pequeño problema: en ese planeta hay dinosaurios. Porque en realidad tal planeta no es un mundo distinto, sino la Tierra 85 millones de años atrás, a la que se accede a través de una fisura en el espacio-tiempo. Ahí queda eso. A partir de aquí, la familia protagonista -los Shannon- viaja a 'Terra Nova' y comienza la historia. No es posible regatear elogios a la puesta en escena: todo en 'Terra Nova' es espectacular, extraordinario, sugestivo, fascinante, desde la recreación de la Tierra colapsada hasta la construcción del nuevo mundo pasando, por supuesto, por los dinosaurios. Los efectos especiales han debido de costar un pastizal, pero no han podido aprovecharse mejor. Y el ritmo de la narración alterna sabiamente secuencias trepidantes con otras de estudiada calma. Por lo demás, el espectador va a encontrar aquí aventura, amor a la familia, historias humanas, estímulos intelectuales en tono divulgativo, romances juveniles, las suficientes dosis de acción para que el público no se aburra y, presidiéndolo todo, una perfecta materialización de ese sueño tan americano del «nuevo comienzo». Son razones de sobra para ver un producto que sin duda vale la pena. En cuanto a la atmósfera general de la narración, y ya como juicio meramente subjetivo, les diré que siempre me ha llamado la atención que un tipo tan multimillonario sea a la vez tan pesimista. El retrato que ofrece 'Terra Nova' sobre el mundo futuro es para salir corriendo. A lo mejor es que uno piensa así cuando tiene demasiadas cosas que perder.