La especulación castiga con dureza a los bancos en pleno proceso de reconversión
El levantamiento del veto a las posiciones cortas y el retraso en el acuerdo con Grecia desatan otro ataque de los especuladores
MADRID.Actualizado:Una de cal y otra de arena. Mientras la reforma del sistema financiero, la primera de gran calado que acomete el Gobierno de Mariano Rajoy, salía adelante en el Congreso con un amplio consenso de las fuerzas políticas, las entidades de crédito españolas, protagonistas de los cambios, sufrían en el mercado de valores un fuerte varapalo. El Ibex-35 de la Bolsa de Madrid perdió ayer el 2,10% y cerró en 8.558,1 enteros, lastrado por el derrumbe de los valores bancarios. Fue el parqué más castigado. El selectivo FTSE 100 de Londres cerró con una leve caída del 0,12%, el índice DAX 30 de Fráncfort apenas cedió el 0,09% y también acabó prácticamente en tablas el CAC-40 de París. En Milán, el principal indicador perdió el 0,87%.
Las acciones de las compañías financieras se vinieron abajo porque a las reiteradas amenazas de las agencias de rating y los continuos aplazamientos en las negociaciones con Grecia se sumó la nueva ofensiva de los especuladores, que habían visto frenada su actividad desde el pasado agosto por el veto aplicado en el mercado a las posiciones cortas. El supervisor ha levantado la prohibición, siguiendo la pauta de Francia, Bélgica e Italia, y la ofensiva se ha reanudado.
Los gigantes bancarios sufrieron lo suyo. Tras haber llegado a perder más de 4% durante la sesión, el Santander moderó los números rojos y cerró con un descenso del 2,56%, mientras el BBVA cayó el 4,09%. Pero las ventas se cebaron sobre todo en las entidades grandes que están volcadas en el negocio interior, como Bankia, que se desplomó el 7,28%; CaixaBank, que cedió el 6,22%; Banco Popular, que se dejó el 6,18%; o el Sabadell, que retrocedió el 5,97%, mientras Bankinter limitó la caída al 3,31%. La capitalización bursátil del sector bancario se redujo en la sesión en 5.400 millones de euros.
Durante la madrugada, la agencia de calificación financiera Moody's anunció que podría bajar a corto plazo las notas de 114 bancos europeos, incluidos entre ellos 21 españoles, por las secuelas de la crisis y por la degradación de las calificaciones de varios países de la Unión Europa. Son mayoría los pesos pesados del sector amenazados por Moody's con un más que posible recorte: los alemanes Deutsche Bank y Commerzbank, los británicos Royal Bank of Scotland y HSBC, el holandés ING, el español Santander y el italiano Unicredit figuran en la relación.
Apuesta bajista
Los bancos españoles se vieron seriamente tocados, además, por el retorno a la Bolsa de los especuladores, tras el levantamiento del veto a las posiciones cortas, que se empezó a aplicar el 11 de agosto del pasado año, en plena ofensiva contra los títulos de unos cuantos bancos, y que había sido renovado el 25 de agosto y el 28 de septiembre, a la vista de que los ataques no cedían. Las posiciones cortas son operaciones en las que el inversor apuesta a la baja y gana dinero con el derrumbe de los títulos financieros. El veto se decidió en coordinación con el regulador europeo de los mercados y ha sido aplicado en varios países europeos vulnerables.
El levantamiento de la medida por parte de Bélgica y Francia el pasado lunes forzó a la Comisión del Mercado de Valores española a secundar esta actuación, muy difícil de mantener en un mercado bursátil aislado. El supervisor argumentó que la situación de «extrema volatilidad» que justificaba la decisión había remitido en las últimas semanas, y admitió que el veto de las posiciones cortas podría estar generando «efectos adversos» sobre la profundidad y actividad del mercado de valores, tal como denunció a finales de año el presidente de Bolsas y Mercados Españoles, Antonio Zoido. Si el veto redujo la horquilla de compraventa de los títulos, su levantamiento disparó la ofensiva, centrada en los valores más expuestos al riesgo inmobiliario y que tienen menor proporción de su capital en Bolsa, lo que aumenta su volatilidad. De ahí que Bankia sufriera el mayor castigo.
La prima de riesgo de España, diferencial entre el tipo de interés de las obligaciones a diez años respecto al bono alemán del mismo plazo, llegó a marcar durante la jornada de ayer un máximo de 377 puntos básicos. Los resultados de la subasta, en la que el Tesoro captó 4.074 millones de euros en obligaciones a 3 y 7 años, aprovechando una fuerte demanda y con tipos de interés más bajos en dos de los tres plazos propuestos, rebajaron la presión en el mercado secundario. Al cierre de las Bolsas, la prima de riesgo española se relajaba hasta 343 puntos básicos. Los tipos de interés de las obligaciones españolas a 10 años bajaban al 5,303% (desde el 5,413% del cierre bursátil del miércoles).