El ministro de Economía, Luis de Guindos, durante la sesión de ayer. :: ANDREA COMAS / REUTERS
Economia

La economía española irá a peor pese a las reformas estructurales de Rajoy

El PIB cerró 2011 con una contracción trimestral del 0,3% por el hundimiento de la demanda nacional

MADRID. Actualizado: Guardar
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La economía española agudizará su deterioro en el primer trimestre de 2012 pese a las ambiciosas reformas en materia fiscal, financiera, laboral y de austeridad impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy en sus dos meses escasos de mandato. El secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Fernando Jiménez Latorre, auguró una evolución del PIB en el período enero-marzo «un poco peor» que la caída del 0,3% registrada en el último cuarto de 2011, según cifras del INE.

Jiménez Latorre pintó un panorama sombrío para la economía. Las previsiones esbozadas por organismos tan solventes como el FMI y el Banco de España, recordó, estiman en el 1,7% y el 1,5% del PIB, respectivamente, la caída que sufrirá la actividad en el conjunto de 2012. El número dos del Ministerio de Economía destacó que hay indicadores adelantados por la OCDE que «apuntan a un punto de inflexión a mediados de año». Pero avisó de que «es pronto» para poner fecha a la recuperación.

Para el jefe del departamento de Economía, Luis de Guindos, la caída de tres décimas del PIB en el cuarto trimestre de 2011 aboca a España a una nueva recesión. Y confirma que el país no se ha recuperado «en ningún momento» desde el estallido de la crisis en 2008, explicó en el Congreso de los Diputados tras la aprobación de la reforma financiera.

Lo más aterrador del análisis del ministro de Economía es que cree que la progresiva degradación del crecimiento -que ya había sido nulo (0,0%) en el tercer trimestre de 2011- «sin duda se verá también reflejada en el mercado laboral». Es decir, España tiene por delante al menos medio año más de destrucción de empleo. Un cálculo que coincide con el del presidente de CEOE, Joan Rosell, que pronosticó hace unos días que los frutos de la reforma laboral no se podrán apreciar «hasta después del verano».

Estadística confirmó que el PIB sufrió en el último cuarto del año un retroceso trimestral del 0,3%, que afectó a todas las ramas de la actividad y limitó el crecimiento del conjunto del año a un 0,7%, la mitad del 1,3% que previó el anterior gobierno socialista. Este comportamiento está en línea con lo ocurrido en el entorno: tanto la UE como la zona euro atenuaron su crecimiento interanual a finales de 2012, que pasó del 1,4% al 0,9% en el caso de la primera y del 1,3% al 0,7% en la segunda. Menor crecimiento que se apreció en las grandes economías salvo Reino Unido.

Caída del consumo

La caída de la actividad en España se debió, sobre todo, al desplome de la demanda nacional, que se agudizó hasta los 2,9 puntos, frente a 1,4 el trimestre precedente. El sector exterior fue otra vez el salvavidas que evitó un batacazo mayor del PIB al aumentar un punto su aportación positiva, hasta 3,2 puntos. El lado oscuro de ese avance es que no es fruto de que las exportaciones marchen viento en popa (su crecimiento se redujo del 13,6% al 9,4%), sino consecuencia de la fuente desaceleración de las importaciones de bienes y servicios (pasan de crecer un 8,5% a un nimio 0,9%).

El consumo de los hogares se contrajo un 1,1% y volvió a tasas negativas tras el repunte (0,5%) del período anterior. Peor evolucionó el gasto público, que se hundió un 3,6% fruto de los recortes. Esta reducción afectó a los sueldos de los empleados públicos y, sobre todo, a las compras de bienes y servicios. La inversión ahondó su debacle más de dos puntos, hasta el 6,2%.

El empleo en términos de contabilidad nacional (un puesto de trabajo equivale a ocho horas de actividad) acentuó su decrecimiento en 1,3 puntos, hasta marcar un descenso del 3,3%. Un resultado que supone la destrucción de casi 570.000 empleos a tiempo completo en el conjunto de 2011.