Una historia de amor y Carnaval
Ricardo Olivera, 'Fritz', ilustra el guion de Rafael Marín, una alegoría al triunfo final del absolutismo frente a las ideas liberales de 1812 Diputación publica 'Domingo de Piñata', el número 8 de la colección de cómic '12 del Doce'
CÁDIZ.Actualizado:La historia, no por tristemente repetida, deja de conmover. Cádiz, 1812. Chico humilde (Ernesto Bocuñano) se prenda de una joven burguesa (Clara Martínez y Medina). Él es un gacetillero cargado de proclamas liberales, ella, una niña rica de familia conservadora. Otro amor imposible. Tras varias idas y venidas, la dama rechaza al periodista y se casa con el poder. Se aplasta al sentimiento, al igual que se sofocó la revolución que culminó en La Pepa. Y es que, como recuerda el escritor Rafael Marín, «este año estamos celebrando la derrota de la Constitución de 1812». Por eso la alegoría de los jóvenes enamorados calza tan bien en el número 8 de la colección de tebeos '12 del Doce', los cómics que edita el Servicio de Publicaciones de Diputación. Rafael Marín es su guionista y el dibujante Ricardo Olivera 'Fritz' es su director artístico. De este último ejemplar, que lleva por título 'Domingo de piñata. Febrero de 1812', 'Fritz' es además el ilustrador. Ambos presentaron ayer los detalles de este capítulo que llevaba en un cajón desde junio pasado, pero que finalmente -cambios de gobierno y crisis hicieron peligrar su continuidad- ha logrado salir a la luz.
La casualidad ha querido además que la puesta de largo se produzca en la misma fecha en la que está ambientado el número: febrero y sus carnavales. «Una fiesta muy diferente a la que vivimos hoy. Hace doscientos años el Carnaval consistía más en una especie de baile de disfraces, al estilo veneciano», recuerda Marín. La fiesta es una excusa para contar la malograda relación del gacetillero y la burguesa a través de las cartas que se cruzan los protagonistas. El escritor ha remedado el estilo ampuloso de la época, de los inicios del Romanticismo, y ha tomado como ejemplo el 'Werther' de Goethe. «Es triste, yo le he impreso a todos los guiones un matiz lírico poético casi pesimista que solo se compensa a final de cada número con las tiras cómicas de Mel», subraya el novelista y traductor.
Mismo escenario
Y con la charanga que se recrea en sus páginas, también se cumple con el objetivo de dibujar el Cádiz de la época. El de sus calles, sus plazas, sus edificios emblemáticos, sus tertulias. El San Antonio de 1812, la calle Ancha o la Alameda. «Los textos están geniales porque dejan mucha libertad a los ilustradores. En mi caso me ha dado la posibilidad de recrear mi entorno, las calles por las que paso diariamente. Creo que han cambiado poco en estos dos siglos, a veces me las imagino sin las antenas y me parece estar viéndolas», relata Ricardo Olivera. Todo un «gustazo» que se ha granjeado rápidamente el apoyo del público. 2.000 ejemplares se tiran de cada número de '12 del Doce', que pueden ser adquiridos en la mayoría de las librerías gaditanas.
Esa es precisamente la pega que para Rafael Marín tiene este original proyecto. «Me ha llamado mucha gente porque fuera de aquí no hay distribución», lamenta, al igual que siente que la colección se acabe con el número 12. «Tengo la sensación de que queda mucho por contar. Es como si estuviésemos jugando a retratar a nuestros abuelos. Es una pena porque la historia de Cádiz es tan rica... », cuenta el guionista. De entre ese recorrido de 3.000 años, Marín está deseoso de hincarle el diente -al bocadillo de las viñetas - a la explosión de Cádiz. «Es un episodio muy novelesco, digno de hacer algo grande con él», resalta.
Mientras llega esa oportunidad, Fritz, Marín y el resto de colaboradores del tebeo de Diputación, continúan enfrascados en el diseño de sus últimos números. El noveno ya ha sido dibujado por Paco Nájera y el encargo del décimo ha recaído en la dibujante Olga Carmona, que ya colaboró en el tercer capítulo. El primero de ellos se publica en los próximos días y en él, Nájera ha ilustrado un paseo por las calles gaditanas, por sus tablaos flamencos y sus cafés de tertulias. Una logia masónica que al parecer le estaba haciendo un juicio sumarísimo a Fernando VII cobra protagonismo en este número.
Servirá de antesala a la publicación que hace el episodio 10 y que narrará los acontecimientos sucedidos el 19 de marzo de 1812. La proclamación de la Constitución, el bombardeo de los franceses, el pasacalles improvisado celebrando, cantando y bebiendo la Carta Magna... Hasta que empieza a llover. Cae un rayo y un árbol sale ardiendo. El símbolo del mal augurio. Que, por otra parte, se cumplió después. Una fiesta efímera, contado con originales historietas e ilustradas con los mejores lápices de Andalucía. El Cádiz del Doce más entretenido pero, también, de lo más didáctico y reflexivo.