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Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, en un momento de su entrevista, ayer, en el palacio de la Moncloa. :: PIERRE PHILIPPE MARCOU / AFP
ESPAÑA

Rajoy y Rubalcaba aplazan otra vez la renovación del Constitucional

El líder del PSOE se muestra convencido de que la UE suavizará los plazos para cumplir el objetivo de déficit y dice sentirse «escuchado»

PAULA DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

No hay prisas para la renovación del Tribunal Constitucional y tampoco para nombrar al nuevo Defensor del Pueblo ni para elegir al Consejo de Radiotelevisión Española. El primer encuentro en la Moncloa entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba dio ayer para pocas novedades y eso que duró casi cuatro horas. Se esperaba que la cita sirviera al menos para desencallar por fin las negociaciones que han impedido cubrir, desde noviembre de 2010 hasta ahora, cuatro vacantes en el órgano que garantiza el cumplimiento de la Carta Magna. Lo hizo, pero de aquella manera. «Hemos acordado acordar», resumió el líder de la oposición.

La fecha tope autoimpuesta para que el acuerdo del acuerdo se convierta en realidad es junio, antes de que acabe el actual período de sesiones parlamentarias. Pero si se cree a Rubalcaba, el asunto está aún en pañales. Según afirmó en su comparecencia posterior a su larga cita, que incluyó comida, ni él ni el jefe del Ejecutivo pusieron nombres encima de la mesa. Pero es más, ni siquiera hablaron de «perfiles» deseables.

En su día, fue la insistencia del PP en abrir un hueco al exportavoz del Consejo General del Poder Judicial Enrique López, muy afín al partido conservador y, según el PSOE, sin los 15 años de ejercicio profesional exigidos, lo que obstaculizó, una vez más, los nombramientos (que requieren una mayoría de tres quintos en la Cámara baja).

Ahora está por ver que los populares se echen atrás en su empeño con López, ahora magistrado de la Audiencia Nacional. Rajoy no dijo nada al respecto en público porque renunció a comparecer para informar de lo hablado. Rubalcaba se mostró optimista. «Ambos coincidimos en que es preciso hacerlo bien y que las personas que ocupen esos puestos sean solventes y de reconocido prestigio», dijo. Eso justifica, a su juicio, prorrogar el periodo de interinidad de los miembros del Constitucional que ya han agotado su mandato. «Lo haremos sin prisa pero sin pausa; después de lo que llevamos, no es plazo muy largo», alegó.

La propia vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, defendió el pasado viernes que había que dar a la negociación un carácter «urgente». Son muchos los asuntos que permanecen atascados en el Constitucional. Se espera en breve la sentencia sobre la ilegalización de Sortu y sobre la 'doctrina Parot', pero hay otros muchos asuntos que permanecen en el tintero, entre ellos, los recursos del PP contra la ley del matrimonio homosexual y contra la ley del aborto.

En todo caso, Rubalcaba quitó hierro a la falta de concusiones precisas en su cita con Rajoy. «Que el líder de la oposición y el presidente del Gobierno se reúnan durante cuatro horas para hablar de economía y empleo es bueno», adujo. De esos dos temas versó, según aseguró, el grueso de su conversación y el resultado fue aparentemente poco fructífero. ¿Ve el PSOE margen para modificar una reforma laboral que tilda de «injusta» y «desequilibrada»? Poco. Tan poco, que presentará, según ratificó finalmente su líder, una enmienda a la totalidad.

Sinceridad

Sin embargo, Rubalcaba defendió que el hecho mismo de que haya diálogo «tiene mucho sentido para un país que vive angustiado» y transmitió la sensación de que la charla fue sincera. «Me he sentido escuchado y ha sido una conversación franca y a fondo», insistió.

Pese a sus discrepancias profundas en cuestiones como la laboral, el PSOE y el PP coinciden en otras materias. Los socialistas apoyarán la reforma del sistema financiero, que consideran continuidad del emprendido por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Y los populares se suman ahora a la idea de que es preciso flexibilizar el calendario de reducción del déficit público marcado por Bruselas.

Rubalcaba no quiso comprometer a Rajoy y eludió aclarar si dio o no por hecho, a lo largo de la entrevista, que será posible fijar un objetivo menos radical que 4,4% previsto para 2012. Pero él dijo estar convencido de que así será. Y el propio jefe del Ejecutivo apuntó en esa dirección cuando explicó, según fuentes de la Moncloa, que esperará a que haya unas previsiones «realistas» de crecimiento por parte de la Comisión Europea antes de elaborar las cuentas públicas para este año. «No estoy dispuesto -dicen fuentes oficiales que argumentó- a hacer unos presupuestos que no sean verdad».