Ibrahimovic aniquila a los chicos de Wenger
El equipo italiano golea capitaneado por el sueco y beneficiado por la nefasta noche de la defensa inglesa
Actualizado: GuardarEl Milan se comportó ante el Arsenal como un buen depredador. Se resguardó en su área, vigiló los movimientos de su adversario y se lanzó sobre sus puntos débiles. Así, la inspirada noche de Ibrahimovic y Boateng concluyó en cuatro zarpazos con la endeble estructura defensiva que formó Arsene Wenger en San Siro.
El primer disparo a puerta supuso el premio para la alta actividad del fogoso Boateng. Un desmarque dentro del área y un remate a la escuadra del ghanés abrieron camino en un partido en el que hasta entonces el Arsenal disfrutaba de la posesión porque los locales se habían retrasado sin rubor hasta su propio campo. Entonces el duelo se inclinó definitivamente para los contragolpes del Milan sobre la titubeante línea defensiva inglesa.
Vermaelen y Koscielny -antes de lesionarse-, se mostraron desnortados ante el oficio de sus atacantes y su indecisión se tradujo en mayor ambición de los ‘rossoneri’. Quien mejor lo aprovechó fue Ibrahimovic al ganar su espalda en fuera de juego y acercarse hasta la línea de fondo mientras los visitantes pensaban cómo reaccionar. Allí empleó su técnica para colocar un balón en la cabeza de Robinho con el correspondiente gol del brasileño. Antes, el sueco de origen balcánico había impartido una clase de pases desde el centro del campo y la media punta como le gustaba desarrollar en sus tiempos en el Ajax de Ronald Koeman.
La segunda parte apenas cambió el guion. Entró el ilustre Henry para despedirse de la camiseta londinense sin que su experiencia modificara la nefasta noche de sus compañeros defensas. Un resbalón de Vermaelen y un derechazo de Robinho cerraron el trato. Tres disparos a puerta y tres goles sentenciaban la diferencia de condición entre ambos equipos y una eliminatoria que parecía cerrada en los primeros 50 minutos.
Solo un latigazo clásico de Van Persie animó a los británicos pero Abiatti se lució en la parada. Fue un espejismo porque los de Allegri siguieron al acecho de su presa sin perder de vista su imbatida portería. Ante la ausencia de Boateng, sustituido por sus problemas físicos, la presencia de Ibrahimovic acentuó el temblor en las piernas de los zagueros de Wenger. El delantero cerró la noche con un penalti anotado que fue cometido sobre él mismo cuando enseñó otro recurso de calidad en el área inglesa. Fue su último zarpazo y el que dejó definitivamente al Arsenal herido de muerte en la eliminatoria porque el 4-0 final será difícil que lo remonten los jóvenes de Londres ante el líder de la liga italiana.