Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
MUNDO

Rusia estudia el despliegue de la fuerza de paz en Siria

M. AYESTARAN
Actualizado:

El diálogo parece imposible cuando se trata de Siria. La Liga Árabe lanza propuestas y formula resoluciones sin tener en cuenta a las autoridades de Damasco que, pese a once meses de revueltas, siguen en el poder. La última consiste en el despliegue de una fuerza de paz conjunta con Naciones Unidas, opción que Rusia, gran aliado exterior del régimen del El-Assad, «no descarta» para el futuro. Este movimiento de Moscú, diferente al 'no' tajante emitido por Damasco, exige que el organismo panárabe «aclare algunos de sus puntos», según el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, que estableció como condiciones previas indispensables que «primero debe haber paz» y después «las autoridades locales deben autorizar» la llegada de la fuerza internacional. La Asamblea General de Naciones Unidas fue también escenario de una nueva sesión para tratar el tema sirio, en la que la gran protagonista fue la alta comisionada para los Derechos Humanos, Navy Pillay, que pidió a la comunidad internacional que actúe «urgentemente» para proteger a la población civil de los ataques «sistemáticos» del régimen, que ha cometido ya innumerables «crímenes contra la humanidad». De hecho, Damasco reanudó ayer los ataques contra la ciudad de Homs.

La comparecencia de Pillay fue un repaso de los últimos once meses en los que se han producido «más de 5.400 muertos», de ellos «al menos 400 menores», y más de «18.000 personas han sido detenidas». Pillay, citando en todo momento «fuentes solventes», hizo un llamamiento al Consejo de Seguridad para atender las resoluciones de la Liga Árabe, porque «cuanto más tarde en tomar acciones, más sufrirá la población civil con las innumerables atrocidades que se cometen en su contra».

El turno de réplica para el enviado sirio, Bashar Jaafari, sirvió para desplegar el discurso oficial de las autoridades, que tras los atentados de Alepo del viernes centran su defensa ante la ONU acusando a Al- Qaida de estar colaborando activamente con la oposición. Jaafari pidió «ayuda» al mundo para combatir el «terrorismo» y acusó a los principales miembros de la Liga Árabe, como Catar o Arabia Saudí, de ser los responsables de financiar y armas a los comandos islamistas radicales que entran a Siria desde Líbano e Irak para luchar contra el régimen.

Es la otra visión de los hechos, la realidad vista por Damasco que se siente víctima de una «guerra diplomática», según Jaafari, que busca la descomposición del país. La pelota está una vez más en el tejado del Consejo de Seguridad.