Los almadraberos vuelven al tajo «como niños con zapatos nuevos»
Las labores de preparación de las artes dan inicio a seis meses de trabajo, que con el engorde de atunes podrían ser tres más
Actualizado:Ni el intenso frío ni el madrugón, ni la dureza del trabajo que les espera los próximos meses pudo ayer con su emoción. Como niños con zapatos nuevos, como escolares en su primer día de colegio, como empleados tras una larga travesía por el desierto del paro. Así estaban ayer los casi 70 hombres, -algunos con más de veinticinco campañas a sus espaldas de experiencia-, que se incorporaron al tajo en la almadraba Punta Atalaya de Conil.
Las instalaciones que la empresa tiene en las inmediaciones del puerto y el faro eran desde primera hora un hervidero. Apenas marcaba el reloj las siete de la mañana, y el autobús habilitado para el traslado de buena parte de la plantilla llegaba a la nave donde durante el invierno han estado a buen recaudo más de 5.000 boyas y 700 anclas. «Volver al trabajo siempre es una buena noticia; somos como niños con zapatos nuevos», explicaba Manuel Ramírez, uno de los operarios más viejos de este caladero, que junto al de Tarifa comenzó ayer las labores de montaje de las artes a la espera del inicio de las capturas de atún rojo en aguas gaditanas.
Escrupulosamente organizados, algunos fumando y la mayoría en silencio, cada pescador conileño hace su trabajo de forma mecánica. «Es el primer año desde hace unos cuantos que no tenemos que movilizarnos y que parece que la temporada va a ir sin problemas», aseguraba Julio, otro marinero. Lo cierto es que aunque el cupo máximo de capturas que permiten los organismos superiores a las almadrabas gaditanas no son todo lo amplias que les gustaría, las 657 toneladas (igual que en 2011) garantizan seis meses de empleo.
Además, si prospera la petición que los caladeros de Zahara, Tarifa y Conil han realizado al Ministerio para engordar algunos atunes en unas piscinas junto a los copos de capturas en alta mar, parte de las plantillas podrán tener asegurado otros tres meses de faena, porque éstos se pescarían fuera de la temporada de 'levantás'. De momento ellos miran al mar solo de lejos. Aún quedan semanas de trabajo a destajo para remendar redes, amarrar los estrobos, limpiar boyas o engrasar los aparejos y cables que conforman el entramado de redes.