Fisuras en el PSOE
Los problemas en Andalucía muestran a las claras la división del partido en toda España
Actualizado:El PSOE de Andalucía no ha digerido bien el 38º Congreso socialista que se celebró a principios de mes en Sevilla, y en el que el todavía presidente de la comunidad y candidato a la reelección, Griñán, adoptó una extraña 'neutralidad activa' claramente inclinada hacia Chacón, en contra de la voluntad de la mayoría de los pesos pesados -Chávez, González y Guerra incluidos-, que preferían la seguridad que ofrecía Rubalcaba. La 'integración' de Griñán en la comisión ejecutiva vencedora, nada menos que en la presidencia del partido -las elecciones del 25 de marzo pesaban como una losa-, no cerró las heridas abiertas, y ayer estallaba el PSOE sevillano con la dimisión de su secretario general, José Antonio Viera, incapaz de soportar tantas presiones en la confección de las listas a las autonómicas. La comisión provincial designaba pese a todo la lista sevillana, pero no está claro que la decisión sea válida. Lo ocurrido no es una sorpresa ya que, tras la ajustada victoria de Rubalcaba, era conocido que sus partidarios andaluces preparaban la toma del poder en el Congreso regional que tendrá lugar tras el 25-M. Pero no solo las espadas están desenfundadas en esta región: en Madrid y en Valencia, Tomás Gómez y Jorge Alarte, respectivamente, tendrán fuerte oposición en los congresos de sus respectivas comunidades, pese a su diferente adscripción: Gómez apoyó a Chacón y Alarte a Rubalcaba. Estas querellas contribuyen sin duda a enrarecer todavía más el ambiente interno en el primer partido de oposición, que aún no se ha rehecho de la estrepitosa derrota sin precedentes del 20-N, que teme con razón un nuevo revés en Andalucía y que ha tenido que imponerse un serio plan de austeridad ante la gran caída de ingresos causada por los retrocesos electorales. El PSOE no ha empezado aún a recuperar apoyo perdido y sin embargo, es de interés general que se rehaga para poder ejercer sus funciones parlamentarias de contradicción y control. Rubalcaba tendrá, pues, que desarrollar toda su capacidad persuasiva para recomponer la figura de una formación que hoy está todavía en las horas más bajas de la etapa democrática.