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JOSÉ JAVIER ESPARZA
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Enorme bronca en la web de Telecinco por la retirada de 'La Fuga'. ¿Qué está pasando? Pues que no solo en TVE las cañas se vuelven lanzas, sino también en el todopoderoso paquebote de Berlusconi, que esta misma semana filtraba a la prensa los recortes en su presupuesto: el 10%. ¿Y de dónde van a recortar? De entrada, parece que las víctimas propiciatorias del sacrificio serán las series españolas. Tiene su (triste) gracia, porque los productos de ficción españoles suelen ser también los que peor trato sufren en esa casa. Con la excepción de 'Aída', en las dos últimas temporadas apenas ha habido series españolas de las que pueda decirse que han sido defendidas por el canal. Todos recordamos casos sangrantes como el de 'Homicidios', cambiada de día y hora a las primeras de cambio, con los consiguientes estragos en cuota de pantalla. Telecinco ha apostado muy claramente por otra cosa: los circos de 'Sálvame' y sus variantes, y los 'reality-shows', que a su vez entran en el circo del cotilleo hasta formar un todo indistinguible. El caso es que la cadena ha facturado en enero de 2011 un 17% menos que en el año anterior, y eso es inasumible para los propietarios. Conviene recordar que esto está pasando en una cadena privilegiada con un escandaloso oligopolio por el sistema publicitario. En este momento -y hay que repetirlo todos los días- entre Mediaset (Telecinco y Cuatro) y Planeta (Antena 3 y La Sexta) copan casi el 90% del mercado publicitario. Para más inri, los dos grandes monstruos de la televisión en España son además empresas con abundante capital italiano. Es evidente que aquí alguien ha hecho las cosas muy mal. Mientras Competencia arregla este asunto (por ejemplo, fijando un porcentaje máximo de cuota publicitaria sobre la cuota de pantalla real), Telecinco debería ir pensando si el camino que ha escogido es el que mejor justifica su existencia. A esta hora, y con muy escasas excepciones, la parrilla de este canal parece tener un solo objetivo: alienar a los españoles.