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Los padres estudian pedir a Educación que pague a las empleadas de Limasa
La Flampa no descarta exigir responsabilidades a la Junta ante la próxima huelga de las empleadas del servicio de limpieza en colegios
Almudena Doña JEREZ. Actualizado: GuardarQuedan seis días para que comience la huelga de las trabajadoras del servicio de limpieza en colegios y dependencias municipales y los directamente perjudicados por ello ya han advertido de que no van a quedarse de brazos cruzados mientras sucede lo que cada día parece más inevitable. Por esta razón, los miembros de la Federación Local de Asociaciones de Madres y Padres van a reunirse en los próximos días para estudiar qué estrategia seguir con el fin de que la protesta no perjudique a los escolares.
Así lo confirmaron a este medio fuentes del colectivo, explicando que una de las propuestas que suenan con más fuerza es la de instar a la Junta de Andalucía a que solucione el problema de manera urgente, dada la incapacidad mostrada por el Ayuntamiento para ponerle remedio. «Si hace falta le pediremos responsabilidades a la Junta -adelantaron-, porque si el Ayuntamiento no puede con ello lo que no van a hacer es que paguen los colegios. Nuestra idea es que la administración regional se haga cargo de los pagos y luego ajuste cuentas con la local; que se arreglen entre ellos pero que no perjudiquen a los escolares».
Es algo que se tomará en consideración en los próximos días, puesto que según las mismas fuentes lo ocurrido en convocatorias de huelga anteriores les lleva a la prudencia y a esperar al último momento, por si en la semana que queda el Consistorio abonara por fin lo suficiente para que las empleadas de Limasa paralizaran la movilización. Lo único claro es que, como insistieron, la comunidad educativa «no puede estar constantemente así».
Condiciones insalubres
Como se recordará, entre octubre y noviembre del pasado año las trabajadoras llevaron a cabo dos huelgas, una de ellas improvisada en la que ni siquiera se ejecutaron los servicios mínimos. Razón de más para que los padres y madres teman doblemente la medida, puesto que la suciedad de los baños y las papeleras rebosantes hicieron que algunos niños dejaran de ir a clase y la Consejería de Educación se replanteara el cerrar varios centros por problemas de insalubridad.
«Comprendemos a las trabajadoras -confesaron desde la Flampa-, porque si no te pagan pues no trabajas. Pero hay que tener en cuenta que los que pagan los platos rotos son chiquillos de tres años». En total, se calcula que son unos 15.000 los alumnos de Infantil y Primaria que se verán afectados nuevamente por esta protesta, cuyos efectos como ya se ha comprobado se harán notar en tan solo tres días. Así lo comunicó la Flampa durante la última de las huelgas, atacando a la Consejería por «no garantizar la apertura de los colegios en condiciones óptimas».
En algunos centros como el CEIP La Barca o El Torno, fueron las asociaciones de padres y madres las que directamente no enviaron a sus hijos a las aulas, con concentraciones en el primero de los casos a las puertas del colegio. En otros como el Elio Antonio de Nebrija, muchos fueron los que sacaron a los escolares de las instalaciones educativas tras acudir a una sesión informativa sobre el estado del centro. La polémica y la guerra de administraciones en torno a esta nueva protesta, de seguir adelante, volverá a estar garantizada.