La educación como arma de debate
El PSOE ataca al Gobierno central por «boicotear» la convocatoria andaluza y el PP niega que se quiera dañar a los opositores
CÁDIZ. Actualizado: GuardarOpositores y el sector de la enseñanza coinciden en lo mismo: se sienten como una herramienta de debate político. Y lo cierto es que la incertidumbre de unos y las críticas de los otros no son más que el centro de una polémica a dos bandas. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, salió ayer a defender y argumentar la derogación del temario que se aprobó hace solo dos meses y la reimplantación del antiguo, el que se aplicó en 1993. Según Wert, el efecto práctico de la decisión es «limitadísimo» por que son «muy pocas» las comunidades que están en la idea de convocar plazas y «apenas» ha pasado tiempo desde que se aprobaron los temarios, que ha considerado «insuficientes para una profesorado de calidad».
Además, la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, ha interpretado la protesta de la Junta de Andalucía por el cambio de temario «en clave electoral», para transmitir que «no estamos sensibilizado con la educación, cuando es todo lo contrario». El secretario general del PP-A, Antonio Sanz, ha defendido también que el Gobierno haya «devuelto la estabilidad a los opositores» y ha acusado al PSOE de estar buscando una «confrontación» que es «una farsa política electoral, sin ningún tipo de sentido ni de lógica».
El Gobierno central niega, así, que «se dañe a los opositores y que se quiera castigar a alguna comunidad» al anular los nuevos temarios de las pruebas de profesorado, aunque sindicatos, estudiantes y PSOE mantienen que se pretende dificultar y boicotear las oposiciones en las pocas autonomías donde se han convocado. Así lo aseguró ayer el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán , quien ha censurado el «talante profundamente antidemocrático» del Ministerio de Educación y asegura que la decisión del ministerio es «mala en la forma y en el fondo». Por su parte, el consejero de Empleo de la Junta de Andalucía, Manuel Recio, ha manifestado que es «difícil de entender por cualquier ciudadano» la decisión del Gobierno central, «lo que parece un ejercicio de revancha contra quien no tiene ninguna culpa de nada». Recio ha añadido que «hay unas personas que, a la vista de unas oposiciones , se están preparando y lo que se entiende mal es que cambie ese temario y que vuelva a más de 10 años atrás».
Asimismo, ha lamentado que este cambio va a afectar «no muy positivamente» al sector laboral. Para el consejero, los afectados van a ser «los ciudadanos, los niños y las generaciones de futuro». No cabe, por tanto, «ningún tipo de requiebro ni de regate político», ha concluido. La Consejería de Educación ha llegado más lejos y ha pedido al ministro Wert que «rectifique esta barbaridad» y firme una nueva Orden que restablezca los temarios de las oposiciones de Secundaria. El consejero andaluz de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, ha aclarado no obstante que su departamento no iniciará un procedimiento judicial para no generar «aún más inseguridad y zozobra a los estudiantes». Ha criticado, además, que el ministro no planteó su intención de suspender los temarios en la última reunión de la Conferencia Sectorial de Educación, celebrada el pasado 26 de enero.
IU también se ha pronunciado al respecto, tachando la decisión del Ejecutivo central de «disparatada». El coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, ha sentenciado que «el PP se ha cargado el trabajo y las ilusiones de más de 30.000 jóvenes andaluces». El candidato de UPyD a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Martín de la Herrán, también se ha sumado al carro de las críticas y ha hablado de cambio «repentino e injustificado», una decisión «lamentable», tomada «sin previo aviso». Mientras que el PA apunta a un «ataque frontal a la autonomía andaluza» que «desvela la cara más radical del PP».
Sin embargo, no todo ha sido reproches al Ministerio de Educación. El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía , Santiago Herrero, ha lanzado un mensaje de apoyo, creyendo en que «si las normas no se adecuan a la realidad, hay que cambiarlas».