Esbozo de reforma laboral
Las líneas apuntadas por el Gobierno van en la buena dirección, aunque deberá concretarlas
Actualizado: GuardarLa ministra de Trabajo, Fátima Báñez, describió ayer en el Congreso de los diputados las principales líneas maestras de la reforma laboral «equilibrada» que este viernes se propone aprobar el Consejo de ministros. En principio, lo apuntado por la ministra resulta difícilmente objetable y se inscribenen la buena dirección para intentar atajar la sangría del desempleo. Báñez ha enunciado cuatro líneas principales de actuación: una reordenación de las bonificaciones a la contratación laboral de los jóvenes -más de 3.000 euros-, ya que al haberse generalizado han perdido su efecto; medidas para lograr la flexibilidad interna de las empresas para que el despido no sea la única opción (lo que sugiere la posibilidad de una reducción de jornada, como sucede en Alemania); actuaciones para reducir la dualidad del empleo; y la promulgación de una legislación específica para los autónomos en materia laboral. Junto a estos vectores, la ministra ha descartado que vaya a establecerse un contrato único -sería inconstitucional, ya que el despido en España ha de ser causal-, así como la filosofía de los 'minijobs', que serían sustituidos por verdaderos contratos a tiempo parcial. Y también ha declarado ser partidaria de reducir en lo posible las prejubilaciones, de acometer una intensa lucha contra el fraude en el desempleo y de crear una cuenta de formación continua para cada trabajador a lo largo de su vida activa. Nada ha dicho la ministra del abaratamiento del despido, que es, como se sabe, una exigencia de la patronal y el elemento que podría desencadenar una protesta sindical relevante. Y tampoco puede darse la reforma por cerrada completamente ya que todo indica que en el seno del propio Gobierno se está desarrollando un debate entre quienes consideran que una reforma dura nos daría credibilidad en Europa y nos facilitaría las cosas ante la exigencias de Alemania (De Guindos, Soria) y quienes se niegan a pagar un alto precio social por ella (Montoro, Báñez), que podría perjudicar de paso las expectativas electorales del PP en Andalucía. De cualquier modo, todo indica que esta vez está al alcance de la mano la reforma laboral que aproximará nuestro mercado de trabajo a los parámetros europeos.