Occidente abandona Siria, Rusia tiende la mano
Los principales países europeos y árabes llaman a consultas a sus embajadores mientras Moscú se reúne con El-Asad en Damasco
EL CAIRO.Actualizado:La capital siria escenificó ayer un mapa de los apoyos del régimen de Damasco, con la llegada triunfal del ministro de Exteriores ruso y la salida apresurada de los embajadores de los principales países europeos y árabes, llamados a consultas por sus respectivos gobiernos. Todas las expectativas estaban puestas en la presión que el Kremlin podría ejercer sobre el régimen de Bashar el-Asad, pero los hechos pesaron más que las palabras. Mientras que Moscú arrancaba a Damasco la promesa de acabar con la violencia en el país, las tropas del Ejército bombardeaban por cuarto día consecutivo la ciudad de Homs.
Damasco se encuentra cada vez más aislado. Ayer, uno a uno, los embajadores de Francia, Italia, España, Alemania, Holanda y los de los seis países pertenecientes al Consejo de Cooperación del Golfo anunciaban su salida del país. El día anterior, Estados Unidos y Reino Unido tomaban la misma decisión. Los gobiernos citan el deterioro de la seguridad y el incremento de la represión civil en Siria.
La Unión Europea piensa mantener, por el momento, a sus diplomáticos en Damasco, pero su enviado especial para el sur del Mediterráneo, Bernardino León, criticó duramente al régimen de El-Asad. «Un régimen criminal tiene que ser perseguido», dijo en un encuentro con periodistas españoles en El Cairo. La respuesta internacional contra la violencia del Estado sirio debe ser «contundente», señaló el diplomático. Pero lo cierto es que a la comunidad internacional -que ha impuesto sanciones y que no consiguió sacar adelante una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU contra la violencia del régimen- se le empiezan a acabar los recursos.
La resolución fue vetada por China y por Rusia, lo que ha generado un profundo resentimiento entre muchos ciudadanos y gobiernos árabes hacia estos dos países. Después del veto, se esperaba que ayer el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lávrov, -que fue recibido cual héroe por miles de seguidores de El-Asad en la capital siria en agradecimiento por el apoyo mostrado- presionara al Gobierno de Damasco para buscar una solución a la crisis. Lávrov viajó con el jefe de los servicios secretos extranjeros, Mijail Fradkov, para llevar una nueva hoja de ruta, supuestamente basada en las posiciones de la Liga Árabe, pero de la que no dieron detalles.
Apoyo a la estabilidad
Es difícil saber si esta reunión, que ambos calificaron de muy productiva, obtendrá resultados tangibles porque las promesas que hizo ayer El-Asad no son nuevas. Se comprometió a cooperar con «cualquier esfuerzo que apoye la estabilidad en Siria», y se mostró también dispuesto a dialogar con todas las fuerzas políticas del país. Además, coincidiendo con la visita de Lávrov, el Ejecutivo anunció que ya está finalizado el borrador de la nueva Constitución, que pondrá fin al monopolio del partido Baaz, que gobierna desde hace medio siglo. Pese a las supuestas buenas intenciones de Damasco con la oposición, los hechos apuntan hacia otro lado, como reflejaba la detención de dos agentes del régimen sirio en Berlín que se dedicaban a espiar a miembros de la oposición exiliada en Alemania.
El-Asad afirmó haber hecho todos los deberes, dijo haber cooperado con los observadores de la Liga Árabe -pese a que durante su misión se produjeron cientos de muertes- y aseguró haber cumplido el plan árabe del pasado noviembre, que pedía el cese de la violencia y la retirada de las tropas de las ciudades. Los habitantes de Homs, que ayer volvía a ser bombardeada por el Ejército, probablemente podrían discrepar con esta afirmación.