Mucha cara

Del Congreso socialista celebrado en Andalucía para rearmar el partido, el PSOE sale más cerca de perder las elecciones de Andalucía. Todo un éxito. Y esta vez Griñán no podrá buscar fantasmas neuróticamente. La frívola torpeza pastueña con que ha maniobrado aún provoca estupefacción colectiva en el partido. De hecho, aunque su nuevo cargo de presidente se interprete como un indulto, solo es un salvavidas para mantenerlo a flote evitando que se hunda en vísperas de los comicios. Ha logrado convertirse, casi más que Chacón, en la imagen de la derrota; y eso en un congreso celebrado a mayor gloria suya en su territorio al frente de la mayor federación. Parece inútil la consigna de ¡salvad al soldado Griñán! No hay modo.

La primera víctima de los congresos de los partidos, como de la guerra, es la verdad. No hay actas de las negociaciones en el cuarto negro, donde se cocina la solución. Pero desde luego los griñanistas no engañan a nadie disimulando su decepción, seguramente esta vez ni siquiera a sí mismos. Para medir su fracaso bastaba ese sistema acuñado décadas atrás por un veterano del ‘clan de la tortilla’ con el nombre de Informe Caritas: Es el método infalible para saber qué ha pasado en un congreso. Tú quítale el volumen a la tele, y mírales las caritas a unos y otros. Ahí tienes el resultado. El Informe Caritas no falla.

Y la cara de Griñán y los griñaninis era el espejo de sus almas tras la votación en el Hotel Renacimiento, convertido ya para ellos en el Hotel Enterramiento. Aunque la política a veces es una escuela teatral más eficaz que el Método Stanislavski, ese lenguaje gestual les delataba. Con su estrategia habían dividido el partido deslealmente, habían transmitido una imagen chapucera, y todo eso para perder. Gran balance a siete semanas de las urnas. Bendecidos por Griñán como la generación JASP destinada a sustituir al chavismo, estos Jóvenes Aunque Sobradamente Petardos están a punto de entregar treinta años de hegemonía en tres años. Tal vez no enreden más que Zarrías, pero operan sin la destreza del Rasputín del olivar. Han quedado como incompetentes aprendices de brujo capaces de liarla parda en la gran reserva del socialismo sentimental asomada ahora al abismo. Todo eso se ve en el Informe Caritas.

A Griñán ya no le llaman presidente florero sino ‘presidente pascuero’, es decir, una maceta que solo dura una estación y después hay que tirarla. Parece amortizado, salvo milagro. Su último órdago para este congreso, apostando a que su campaña iría mejor con el rostro fresco de Carmen de Olula que yendo de mitin en mitin con Rubalcaba y Felipe en otro ‘remake’ de los Space Cowboys jubilatas, pone fin a la partida. Sic transit etcétera.