Un frutero encuentra entre un kilo de patatas una granada de mano de la II Guerra Mundial
«Me di cuenta enseguida de que algo no era normal. Pesaba más de la cuenta», cuenta el propietario del establecimiento
Actualizado:En la etiqueta de cosecha lo pone bien claro: 'Patata de consumo tratada con antigerminante'. Tampoco su origen hace sospechar: un campo de Francia, concretamente en la zona de Lesboeufs.
Con estos datos, es fácil imaginar la cara de sorpresa que puso David Marín Moya, propietario de la frutería Rocío en la urbanización Huerta del Rosario, cuando descubrió un tubérculo distinto a los que está acostumbrado a ver.
«Me di cuenta enseguida de que algo no era normal. Pesaba más de la cuenta, estaba oxidada por uno de los lados, y tenía un trocito de hierro colgando; era una patata bomba», bromea el frutero.
Lo cierto es que su establecimiento vivió a última hora de la tarde del pasado lunes un acontecimiento muy poco habitual. Nada más descubrir el artilugio, que todavía contenía pólvora y que llegó en el interior de un saco de patatas que el establecimiento tenía a la venta pero no llegó a despachar a ningún cliente, David avisó a la Guardia Civil. Una pareja de patrulla se acercó hasta la tienda y comprobó que «la papa en realidad era una granada de mano». De inmediato los agentes activaron el protocolo, y avisaron a los artificieros, que llegaron «con un traje un poquito más gordo por si explotaba». Procedente de una zona donde se libraron numerosas batallas tanto en la I como en la II Guerra Mundial, esta 'patata bomba' fue ayer la anécdota en Chiclana. «Ponme un kilo de bombas», bromeaba un cliente con el frutero. «Así llevan cachondeándose de mí todo el día», replicaba resignado éste.