Los premios Laureus
Actualizado:Esta tarde se conocerán los ganadores de los premios Laureus, galardones anuales que concede la Academia Laureus World Sports a los mejores deportistas del mundo por los méritos contraídos durante el año anterior. Solo tengo claro dos cosas. Si Novak Djokovic no gana el destinado a mejor deportista masculino y Oscar Pistorius en una de las dos categorías en la que está nominado dejaré de creer en este evento, que mantiene el nivel y el crédito perdido por otros similares como el Príncipe de Asturias o el Balón de Oro, víctimas de un criterio más que dudoso y volátil en función de intereses ajenos al deporte durante años en los que el dominio no fue tan evidente como el de Leo Messi en el balompié mundial actual.
Si el año pasado fue Rafa Nadal el que se llevó el galardón por conseguir en 2010 Roland Garros, Wimbledon y US Open, este año debe tocarle el turno al serbio por clavar el guión en 2011, cambiando la tierra batida de París por el Open de Australia, escenario este al que le ha cogido el gusto y acaba de repetir para iniciar la nueva temporada.
No, no esperen ningún galardón para los españoles, a no ser que el Barcelona dé la sorpresa y se lleva al mejor equipo por delante de unos All Blacks que aparecen como los grandes favoritos; o que valoren la reaparición de Sergio García a los campos de golf por encima de la historia de superación de Abidal o su colega Darren Clark, algo que sería inaudito. ¿Por qué si somos tan buenos en deportes, tenemos la mejor liga de fútbol del mundo y las mejores selecciones en varias modalidades? Pues simplemente porque 2011 también ha sido un año de crisis dentro de la exigencia que marca estar en lo más alto de la élite. Si Djokovic se convirtió en el azote de Nadal, Stoner lo fue de Lorenzo y Pedrosa, Vettel de Alonso y Evans de Contador. Incluso el anillo de la NBA no recayó en los Lakers del ahora discutido Pau Gasol. Porque está claro que la cosa no está de color púrpura y oro...ya hasta en el deporte.