«Cualquier iniciativa cultural debe tender a la formación»
Actualizado: GuardarEscritor, traductor y articulista. Sobre todo, escritor; pues aunque su producción es mayoritariamente poética, a él no le gusta distinguir entre géneros. Premio Adonais, Premio Loewe, Premio de la Crítica y reciente Premio Ciudad de Córdoba Ricardo Molina por 'Ofelia y otras lunas', su último poemario. Ahora está ultimando su primera novela.
Javier Vela (Madrid, 1981) te va sometiendo durante la charla a un ritmo pausado no carente de entusiasmo y a una voz baja y envolvente. Su actitud acapara, lentamente, el interés de los ocupantes de la mesa de al lado. Aprovechando una muy desarrollada capacidad de relación y una vasta cultura de lector empedernido, la conversación va saltando de tema en tema, aplicando sus cosmopolitas lecturas y reflexiones a referentes locales; así nos hace ir hablando de literatura: «Desde el punto de vista literario, Cádiz es un yermo absoluto, sobre todo en lo que a mi generación respecta»; hablamos de gestión cultural: «No se trata de abrir equipamientos sin más, hay que generar razones para que la ciudadanía quiera visitarlos». «En Cádiz no se hace una gestión cultural con mirada nacional o internacional y con incidencia en la ciudad, lo cual no es incompatible»; hablamos de música: «He disfrutado de buenos conciertos en la sala Imagina». «Creo que es posible ver a David Palomar cantando a García Lorca»; y hablamos de arte contemporáneo: «Hay muchas maneras de acercar el arte contemporáneo a la ciudadanía sin banalizarlo». «Con las nuevas generaciones, existe un caldo de cultivo más abierto en cuanto a ideas para la contemplación del hecho artístico».
Convincente y meditado, su discurso defiende el papel de la formación y la educación más allá de los tiempos de crisis «cualquier iniciativa debe incluir una intención formativa a largo plazo, esa es una de las virtudes de Sinmurallas».
Javier Vela no vive ajeno a su tiempo y representa el presente y el futuro inmediato de esta ciudad. Su ideario, basado en un andamiaje intelectual muy sólido, dará pronto frutos efectivos y prácticos en beneficio de Cádiz.
La Clandestina, cafetería-librería, se ha convertido en un lugar de encuentro necesario y referencial en esta ciudad. Las dos hermanas que atienden el negocio son muy amables y han creado un clima calmo y agradable para el espacio. Buenos desayunos y buenas meriendas en un ambiente recoleto en el que se agradece cierta decoración ingenuista y acogedora. La librería tiene una selección muy cuidada con cierto énfasis en la literatura infantil. Dispone, además, de libros y publicaciones de acceso libre para disfrutar de su lectura in situ.