EL CIRCO

Ayer, tras la presentación de Calahorro, Emilio Viqueira cargó contra los nuevos dueños de la sociedad, diciendo que esto es un circo mal montado y que no va a dejar que se le utilice. Tiene razón, es cierto que el Xerez es en estos momentos un circo, pero no solo por la llegada del nuevo grupo accionarial. Estos señores no han parado de meter la pata desde que se presentaron, por cierto que lo hicieron con cierta premura porque según ellos la situación deportiva era complicada y querían aprovechar el mes de enero para reforzar el equipo y la verdad es que se acabó el plazo y no hemos visto esos supuestos. Pero claro, también Viqueira forma parte de ese circo, aunque él no quiera reconocerlo. El secretario técnico ha manejado durante estas dos últimas temporadas la situación deportiva a su total antojo, al no tener a nadie por encima que le pare los pies. Sólo los administradores podían hacerlo, pero éstos no han querido entrar para que nadie les pueda achacar algún despropósito. Viqueira ha empeorado la calidad técnica de la plantilla. Cuando entró dijo que pensaba hacer un equipo con futuro y crear un patrimonio deportivo. Por lo que ha hecho contratos por dos y tres temporadas a futbolistas de medio pelo y ha creado una plantilla con demasiados veteranos. Así que yo me pregunto, qué futbolista con futuro tenemos en la plantilla, por el que podamos pedir un traspaso, ¿es ese el patrimonio que ha creado Viqueira? Claro que para el gallego parece que la figura del entrenador debe ser poco menos que anecdótica, pues por nuestro banquillo han pasado Javi López, un entrenador que sólo reúne fracasos entrenado en Segunda, y Merino, un técnico sin ningún bagaje. Lo último ha sido comprometer al bueno de Moreno para que cogiera al club durante toda la campaña, conociendo el cariño que le tiene la afición al valenciano y sabiendo que su inexperiencia podría ser perdonada. Así que Viqueira sabe que cuando tenga una directiva por encima todo esto no se lo van a consentir y por eso ha dicho que su situación en el club «tiene como la leche fecha de caducidad» y tanto que la tiene.