Alrededor de 130 empleadas de la ayuda a domicilio, así como algunos familiares, durmieron ayer en la calle Consistorio. :: ESTEBAN
Jerez

Cientos de trabajadoras que ya pasan la noche al raso

Las plantillas de Acasa y Limasa continúan con su campamento ante el Consistorio y en la sede de la concesionaria, respectivamente

JEREZ. Actualizado: Guardar
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«Mi hija me mandó anoche (por la noche del lunes) un mensaje al móvil. Me decía que lucháramos, que hasta en la radio nacional hablaban de nosotras, y que me abrigaba». Ése no fue el único mensaje de aliento que recibieron durante su primera noche a la intemperie las trabajadoras de la concesionaria de ayuda a domicilio que por tercera vez en los varios años que llevan de protestas por impagos (primero con Sergesa y ahora con Acasa) que han tenido que montar un campamento para reivindicar «lo que es nuestro».

Así, alrededor de 130 trabajadoras se concentraron en la calle Consistorio la noche del lunes dispuestas a pasar la noche al raso en el campamento improvisado que con toldos, tiendas de campaña y hasta con las sombrillas de los bares cercanos montaron a las puertas del Ayuntamiento.

«Hemos pasado mucho frío, pero aguantamos gracias a que teníamos mantas y abrigos, incluso alguna se trajo el pijama, y a que tenemos mucho ánimo», apuntaba ayer Esther Hidalgo, miembro del comité de empresa que fue una de las que pasó la noche fuera de su casa y que dejó claro que «mientras el cuerpo aguante vamos a seguir aquí».

Y es que parece que ni las previsiones que hablan de una ola de frío a partir de las próximas horas van a amilanar a este colectivo que suma ya cuatro nóminas sin ingresar y al que se le acumulan «facturas sin pagar, desahucios, falta de dinero hasta para comprar comida», como explicaba ayer Isabel sentada en una de las sillas de playa que tienen instaladas.

La presidenta del comité, Encarnación Barrios, era la que se encargaba de tomar los nombres para organizar los turnos que durante la mañana, la tarde y la noche van a mantener vivo el campamento. Y ayer al mediodía casi le faltaban folios para apuntar a todas las que se querían sumar a la protesta, que se suma a la huelga que ya va por la quinta semana.

«Las familias nos apoyan, e incluso algunos maridos se quedan también aquí o vienen a suplir a las que no pueden», apuntaba ayer Mercedes, otra trabajadora que anoche iba a dormir por segundo día en la calle y que iba cargada de bocadillos porque «esto se hace muy largo y hay que venir preparada». «Quiero mi sueldo, tengo un hijo, estoy separada y lucho por eso. Y pese a los palos del viernes y la actitud del gobierno municipal aquí vamos a seguir», insistía.

Y eso que como criticaron ayer desde el comité, ni desde el gobierno municipal ni desde la Junta se han puesto en contacto con ellas. Eso sí, anoche recibieron la visita del obispo de Jerez, José Mazuelos, que se interesó por su situación.

Como ellas también mantienen su encierro diario, incluida la noche, las empleadas de Limasa, la empresa de limpieza de colegios y dependencias municipales, que también suman ya dos nóminas sin cobrar, y que desde hace días duermen en el local que tiene la concesionaria en la plaza Aladro.