PSOE en capilla

Los prolegómenos del 38º Congreso socialista están siendo intensos. El antagonismo entre Rubalcaba y Chacón interesa sin duda sobremanera al hemisferio izquierdo del país, todavía noqueado por la gran derrota del 20-N, y el fragor de la contienda, que deja traslucir escaso debate de ideas, se ha convertido en un cuerpo a cuerpo en el que la esgrima de la inteligencia se combina a veces con andanadas no tan limpias. El aparato, con Felipe González a la cabeza y con escasas pero significativas excepciones, se ha puesto de parte de Rubalcaba, de sesenta años, a pesar de que tiene que sobrellevar un naufragio descomunal. Y enfrente, Chacón, veinte años más joven, también derrotada con estrépito en Cataluña, enarbola la bandera del cambio, de la modernización, del rejuvenecimiento. Y de la integración, puesto que ha prometido astutamente un lugar bajo el sol a su adversario. Los congresistas tendrán en Sevilla la decisión final, que quizá solo abra una etapa de provisionalidad; de momento, todo es incertidumbre, aunque quizá convenga recordar que las apuestas de González (Almunia, Bono), suelen terminar en fracasos.