Músculo sindical para recibir a los líderes europeos

No hizo falta que se movieran en helicóptero, pero los Veintisiete sintieron ayer en primera persona el rechazo de los sindicatos belgas a los recortes. La cumbre de presidentes en Bruselas, que a punto estuvo de ser cambiada de fecha, coincidió con la primera huelga general en el país en 18 años.

El paro fue un éxito para las centrales, que volvieron a exhibir su fuerza al paralizar buena parte de los sectores. En un país sin servicios mínimos en los transportes y con más de la mitad de los trabajadores afiliados a un sindicato, miles de ciudadanos se vieron obligados a caminar bajo la nieve en la capital y a desplazarse en las bicicletas municipales.

El Gobierno belga, que desde 2002 goza del jugoso derecho de acoger todas las cumbres de presidentes, organizó un dispositivo especial para asegurar la celebración del encuentro. Se estudió hasta la posibilidad de utilizar helicópteros para que los líderes pudieran llegar hasta el barrio europeo de Bruselas ante la amenaza de bloqueos en las autopistas. Finalmente, no fue necesario para alivio de Mariano Rajoy. El presidente resultó herido leve en 2005 al estrellarse el aparato en el que viajaba junto a Esperanza Aguirre. Desde entonces, no ha vuelto a montar en helicóptero ni durante la pasada campaña electoral en la que recorrió toda España.