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REFLEXIONES

HISTORIA DEL TENIS

DANIEL GUTIÉRREZ
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Aún resuenan en mi cabeza las raquetazos de los dos mejores tenistas del momento luchando a brazo partido durante más de cinco horas, sobrepasando las barreras del esfuerzo físico, alimentando la teoría de que el talento no se entrena y demostrándole al mundo que en el deporte siempre deberían primar muchos aspectos por encima de quién gana o pierde.

Nadal y Djokovic rindieron ayer un tributo al tenis que en esta ocasión tendrá un mayor eco por la dimensión del evento y la ansiedad general del aficionado español para que su 'héroe' recupere el cetro que perdió hace unos meses ante un genio serbio tocado por la varita mágica del triunfo; para que su 'hijo deseado' recupere la sonrisa; para que su 'amigo del alma' les haga felices. Este vez hubo felicidad en la derrota, orgullo en el esfuerzo, satisfacción general tras la sensación de no dejar en el aire ni un ápice del pudo ser y no fue. Fue lo que se vio.

Novak Djokovic es el mejor tenista del circuito. Hace fácil lo difícil y convierte lo imposible en realidad. Variedad de golpes, tacto en la muñeca y confianza, la misma que le martilleaba hace unos años cuando no lograba dar alcance al dúo Nadal-Federer. Nadal es el mejor deportista español de todos los tiempos. Un chico normal que fue educado como un adulto desde que se enteró que los Reyes Magos eran los padres y el ejemplo perfecto de superación, competitividad y lealtad a unos valores que le llevaron al borde de la incomprensión cuando se fue consciente de que la vida no siempre es maravillosa (separación de sus padres) y a la gloria deportiva y personal cada vez que compite en una cancha de tenis.

La final del Open de Australia de 2012 (visionada tres veces en 24 horas) nos deja algunos puntos para la historia, una página histórica que sigue escribiéndose (la de Djokovic) y la confirmación de los motivos por los que Nadal es la bestia negra del mejor tenista de la historia. ¿Por qué? Porque con él todos estamos seguros de que en el futuro no será siempre la misma historia.