lucha antiterrorista

Condenado a 29 años el etarra Beobide por atentar contra EITB

El tribunal descarta que fuera torturado tras su detención

MADRID Actualizado: Guardar
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La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado al etarra Ibai Beobide Arza a 29 años de cárcel por el atentado con furgoneta bomba que provocó importantes desperfectos en la sede de la radiotelevisión autonómica vasca (EiTB), en Bilbao, el día de Nochevieja de 2008. La sentencia considera al terrorista culpable de un delito de estragos terroristas, detención ilegal y dos de robos con violencia.

Los magistrados Alfonso Guevara, Ángeles Barreiro y Clara Bayarri creen probado que Beobide fue captado por ETA a principios de 2008 y que, tras su paso por Francia para ser entrenado, se integró en un comando denominado 'Basakatu' (del que también formaron parte Itziar Moreno y Oihana Mardaras).

Ellos tres -explica la resolución- confeccionaron a finales de diciembre de 2008 un artefacto explosivo de entre 80 y 100 kilos, compuesto por nitrato de amonio, aluminio, "cargas de multiplicación" y nitrometano. Luego, lo escondieron en bosque detrás del Consorcio de Aguas de Bilbao a la espera de hacerse con una furgoneta la noche anterior al atentado.

Atentado con bomba

En su primer intento, los terroristas no pudieron interceptar el vehículo que habían estado vigilando, ya que la conductora, a la que los terroristas habían seguido, no paró la furgoneta a pesar de que los terroristas le amenazaron con una pistola. La conductora incluso llegó a arrastrar a una de las etarras, que intentó abrir la puerta y quedó enganchada de la manilla. Poco después, los miembros del 'comando Basakatu' sí que lograron parar al conductor de una furgoneta Citroën, al que, tras amenazarle con un arma, encapucharon y trasladaron a un bosque de la localidad de Arrigorriaga, donde le dejaron atado a un árbol.

Sobre las 9.01 horas, los terroristas abandonaron el vehículo cargado con el artefacto explosivo, aparcado junto a la sede de la EiTB ubicada en la calle Capuchinos de Basurto. A las 9.55 horas el propio Beobide llamó a los bomberos de Bilbao con el móvil que le había robado al dueño de la furgoneta para avisar de la colocación de la bomba y del secuestro del conductor. El artefacto estalló a las 11.05 causando daños, según la sentencia, por valor de 5.059.094 euros en el edificio y de cerca de 22.000 euros en vehículos cercanos, amén de heridas leves a una persona.

Los magistrados valoran como prueba de cargo para condenar a Ibai Beobide el hecho de que sus restos genéticos aparecieran en una bolsa que quedó junto al conductor. La sentencia descarta que el etarra, que presentaba varias brechas en la cabeza tras su detención, fuera torturado. Según la resolución, tras su arresto en febrero de 2010 Beobide se autolesionó al lanzarse contra un cristal blindado, golpearse contra una estructura metálica y darse contra un lavabo cuando fue trasladado al Hospital de San Sebastián para su exploración médica.