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Mario Pascual Vives. ::EFE
ESPAÑA

El salto a la fama de Mario Pascual Vives

El duque lo eligió por confianza, porque lo conoce desde hace años e incluso entrenaban en el mismo club de tenis El abogado de Iñaki Urdangarin no es una estrella del sector, pero está ante el caso de su vida

CRISTIAN REINO
B ARCELONA.Actualizado:

Cuando el 10 de diciembre Iñaki Urdangarin anunció que había «designado como asesor jurídico y como la persona autorizada a hablar en su nombre» a Mario Pascual Vives, letrado del colegio de Barcelona, algunos de los principales despachos se quedaron boquiabiertos. El yerno del Rey confiaba su defensa, en uno de los casos más delicados y con mayor repercusión social, a un abogado poco conocido, un jurista que no trabaja en uno de los tres o cuatro bufetes más prestigiosos de Barcelona. «En la profesión es más bien desconocido, tanto como fiscalista como penalista», aseguran fuentes del sector.

Pascual Vives -cuyo despacho se niega a facilitar su currículo -apenas había tenido trabajos de trascendencia. Con la defensa del duque de Palma se encuentra ante el caso de su carrera. «Un chollo -en palabras de una destacada letrada- que le dará relevancia». «Con un caso así igual no llaman más a la puerta del despacho, pero la gente se fiará más de ti. Muy buena publicidad», añade.

Pascual ya intervino en otro proceso popular, el del hundimiento del barrio barcelonés del Carmel por culpa de las obras del metro, una desgracia que afectó a más de 1.000 familias sin que hubiera daños personales. El ahora portavoz de Urdangarin actuó como abogado del director de las obras, el ingeniero de caminos Javier Gete-Alonso, y le acompañó en su comparecencia ante la comisión de investigación que el Parlament celebró para depurar responsabilidades. Letrados que participaron en aquel proceso no recuerdan que tuviera un papel relevante, pero el caso acabó bien para su cliente. El juez archivó las actuaciones contra los imputados y los daños fueron indemnizados sin llegar a juicio.

Mario Pascual Vives, especializado en derecho civil, mercantil, procesal y penal, trabaja en el despacho Brugueras, García-Bragado, Molinero y Asociados, una firma que, según varias fuentes, tiene una buena reputación. En cambio, otro prestigioso abogado barcelonés no tiene la mejor de las opiniones. «Se dedican a temas de fraude empresarial», añadió. Y sobre todo, remata, «su punto fuerte está en ayudar a clientes cuando ya les han pillado en el fraude». La elección de Urdangarin podría guardar relación, dado que de las acusaciones que se le imputan la que tiene peor aspecto para el duque es la de evasión fiscal.

Secretario de la federación

Además de por sus más de 30 años de experiencia, Urdangarin confió en Pascual porque le conoce desde hace años. «Me pidió si le podía echar una mano y me escogió por una cuestión de confianza», aseguró en su primera comparecencia. «Conozco al duque de la ciudad y de relaciones personales», dijo. «Mi objetivo es serle útil aquí, sobre todo con la lejanía que representa que él resida en Estados Unidos», concluyó. Pascual, miembro del patronato de la Fundación Antoni Serra Santamans, una entidad de asistencia social y sanitaria, comparte con el yerno del Rey la afición al tenis. Fue secretario de la Federación Española de Tenis y es socio del Real Club de Tenis Barcelona, uno de los lugares de encuentro de la gente de dinero del elegante barrio de Pedralbes, al que acudía con frecuencia Urdangarin, vecino de la zona. En 2008, formó parte de la candidatura de Sixte Cambra a la presidencia del club.

Los periodistas que todos los días hacen guardia ante su despacho, en el paseo de Gracia, para tratar de arrancarle una declaración, coinciden en que hasta la fecha Pascual Vives ha demostrado que es «muy amable» y «un encanto». Desde el punto de vista informativo, «no tiene miedo a expresar lo que piensa» y en ocasiones incluso parece como que sus palabras «no estén muy medidas». «Como si no llevara las respuestas preparadas», afirma una de las profesionales que hace guardia.

Urdangarin podría haber contratado a un penalista de postín de Madrid para que le defienda en la comparecencia ante el juez del caso Palma Arena, y por si finalmente es procesado. Pascual siempre lo ha negado. «Trabajo como si fuera la persona que va a llevar el caso», insiste una y otra vez. La cuestión es que en ocasiones da la sensación de no manejar toda la información del caso, como si su cliente no le hubiese contado todo, de ahí que, como reconocen los que le siguen diariamente, «le pillamos muchas veces».