UNAS IMÁGENES PARA EL OLVIDO

Tengo que reconocer que tenía escrito ya este artículo semanal-iba sobre política local- pero los acontecimientos del viernes en el Ayuntamiento me han obligado a cambiarlo. No quedaba otra ante la gravedad de lo sucedido: una tensa sesión plenaria monográfica sobre Acasa, las trabajadoras del servicio de atención a domicilio protestan porque llevan ya no sé cuántos meses sin cobrar, la Policía blinda el acceso al Consistorio, cargas, gritos, lágrimas... En definitiva, tensión máxima. Imágenes para el olvido. Desde estas mismas líneas ya se alertó recientemente de que posiblemente no tardaría en producirse algo así, predicción que muchos compartían por lo evidente de la misma.

Hay que reconocer que algunas iniciativas llevadas a cabo por las empleadas de Acasa para reclamar sus salarios han podido estar totalmente fuera de lugar. Pero eso no justifica lo que pasó el viernes. La carga fue excesiva. Afortunadamente, los medios de comunicación estábamos presentes para dejar constancia de ello. El incidente puso de manifiesto la pésima gestión que se está realizando de este conflicto, por lo que no extraña que las trabajadoras se sientan engañadas y como excusa de una confrontación política ridícula en la que parece importar más echar la culpa al otro que solucionar el problema. Porque uno ya no sabe qué pensar: si la Juna ha ingresado/transferido lo que le corresponde hasta el mes de diciembre incluido, ¿por qué la plantilla de ayuda a domicilio lleva sin cobrar desde octubre? ¿Dónde está ese dinero y por qué ellas cobran todavía más tarde que los trabajadores del Consistorio o de otras concesionarias?

Hay algún sindicalista que habla ya de «guerra abierta» contra el gobierno local. Desafortunadas palabras que, desde luego, no van a ayudar tampoco a calmar los ánimos. Pero, ¿saben lo peor de todo? Que en esta historia ya no habrá vencedores. Ya no ganará nadie. Ya solo cabe poner un mínimo de cordura y minimizar los daños. ¡Qué pena!