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Sociedad

Otra carta revela más rencillas y corruptelas en el Vaticano

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ
ROMA.Actualizado:

Nuevo capítulo del escándalo destapado esta semana sobre las denuncias de «corrupción difusa y arraigada» en el Vaticano, expuestas por carta al papa por un alto cargo de la Santa Sede, Carlo María Viganò, hasta ahora secretario general del Governatorato de la ciudad estado. Se trata de otra misiva dirigida en mayo de 2011 al secretario de Estado, Tarcisio Bertone, reproducida ayer por el diario 'Il Fatto Quotidiano', en la que acusa a dirigentes pontificios de falsificar facturas, ocultar robos y relacionarse con empresas responsables de desfalcos en la Santa Sede. El Vaticano, que ha amenazado con acciones legales, ayer guardó silencio.

La principal acusación de Viganò a sus 'colegas', no obstante, es haber orquestado una campaña de desprestigio contra él por hacer limpieza y atajar prácticas corruptas, algo que al final habría acarreado su traslado. A pesar de las cartas que envió al papa denunciando lo que sabía. En octubre fue nombrado nuncio en Washington, una promoción para quitarle de en medio, según su lectura. Más allá de los hechos, lo llamativo del texto es su tono acusica y que refleja el seno de la Santa Sede como un patio de colegio, en el mejor de los casos, y en el peor, como un mezquino mundillo de conspiraciones, peleas internas, zancadillas y corruptelas.

En la carta conocida ayer Viganò, que hasta ahora no ha hablado, escribe a Bertone alarmado porque nota que ha caído en desgracia. Lo atribuye a «graves calumnias» contra él en una operación que incluye artículos sin firma en 'Il Giornale', el diario de la familia Berlusconi. El objetivo, considera, es impedir que ascienda a la presidencia del Governatorato. Según dice saber, el autor sería un dirigente de los Museos Vaticanos, monseñor Paolo Nicolini. Viganò se despacha a gusto contra él, citando confidencias y cotilleos de prelados y cardenales. Le acusa, cuando era vicerrector de la universidad pontificia Lateranense, de haber falsificado facturas y de dejar sin justificar gastos por 70.000 euros. También de «una participación de intereses» en una empresa, SRI Group, que debe al Governatorato al menos 2,2 millones de euros y que habría defraudado casi 200.000 a otros entes vaticanos. Además dice que es titular de una carta de crédito a cargo de esa empresa. Afirma, para concluir, que si no se actúa contra él deberá denunciarle.