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Rusia bloqueará en la ONU toda iniciativa contra Siria

DAMASCO. Actualizado: Guardar
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No hay que alejarse mucho del centro de Damasco para toparse de bruces con la otra cara de Siria. Amplios sectores de distritos de la capital como Harasta, Saqba o Duma están en manos de los opositores, que han establecido puestos de control e izado la bandera verde, blanca y negra de la Siria anterior a la llegada del partido Baaz al poder. El Ejército necesita operaciones a gran escala para retomar el control de las calles, ofensivas que reclama el núcleo duro del régimen y que ayer dejaron al menos 65 muertos -varios de ellos niños- en Homs y Hama, según el grupo opositor Comités de Coordinación Local. Mientras, Moscú adelantó ayer que bloqueará en el Consejo de Seguridad la iniciativa de la Liga Árabe sobre un castigo a Siria -una posición que Damasco espera también en China-, la agencia oficial Sana, por su parte, informó de la muerte de otro niño de 10 años tras la explosión de un artefacto explosivo improvisado en el distrito damasceno de Midan. Los datos recogidos por Unicef apuntan a que 384 niños han perdido la vida en Siria en el último año a causa de la violencia y 380 han sido detenidos, algunos menores incluso de catorce años.

«Los índices de violencia aumentaron significativamente en los últimos cuatro días», denunció el general sudanés Mohamed al-Dabi, jefe de los observadores de la Liga Árabe. Las zonas donde mayores problemas están teniendo para trabajar son los bastiones revolucionarios de Homs y Hama, además de la provincia de Idlib, al norte del país. De igual modo preocupa la situación de los barrios del este de Damasco, donde poco a poco va consolidándose la revuelta a las puertas de la capital. El aumento de la inestabilidad y la falta de entendimiento con las autoridades han empujado precisamente a una delegación de la Liga Árabe a reunirse hoy con el Consejo de Seguridad de la ONU para obtener apoyo internacional a su propuesta para poner fin a la crisis.

Después de un mes de trabajo sobre el terreno, el organismo elaboró un informe en el que pedía la dimisión de Bashar el-Asad y la creación de un Gobierno de unidad nacional, medidas que Damasco rechazó por considerarlas una injerencia.