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el apunte

Esperanza Aguirre

ISabel Flores
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Esperanza habla claro y ante cualquier audiencia. Esta vez plantó cara al jefe, porque la protagonista de este Apunte no pertenece a la cohorte de aduladores que rodean al presidente. A la Aguirre, le da igual que sea de su mismo partido. La presidenta de la Comunidad de Madrid gobierna su territorio como si fuera inexpugnable, esto le da alas. Y luego su carácter; decir lo que piensa y soltarlo, por ejemplo, en mitad de una obra con casco puesto o en la inauguración de una vía férrea, pongo por caso. Protegida por todo su séquito, rodeada de cámaras, periodistas... ella no se abruma. Con su media sonrisa entre distante, altiva o burlona. Pero también mordaz y en ocasiones satírica. Hubo un tiempo que destapó su lícita y legitima ambición política; pero no llegó a medir bien el momento o no supo mover las piezas, y ahí se quedó de presidenta de la Comunidad de Madrid, ¡que no es poco! Pero sí para quien deseaba ir por delante de Gallardón; que calladito y a la sombra del árbol más grande logró sus propósitos: ser ministro de algo. Le dieron Justicia. Me cae bien Esperanza Aguirre, y ahora más. Cuando de nuevo ha dado un paso por delante de los aduladores.

Esperanza Aguirre estaba presente en el primer Comité Ejecutivo Nacional del PP presidido, naturalmente, por Mariano Rajoy. La presidente de Madrid tomó la palabra y, delante de todos, dijo que los ricos deberían pagar más (llego a decir: vosotros y dijo: yo misma) que los que menos tienen o no tienen nada. Que no es justo que algunos no puedan estudiar por que no tienen posibles (esto último más o menos). Pero fue directa y mirando al personal les vino a echar en cara: «nosotros que podemos pagar sanidad y educación privada nos beneficiamos de las subvenciones en medicinas de la Seguridad Social. Somos nosotros y otros los que más tenemos, los que deberíamos aportar más, pagar según la renta del paciente». Fue sincera y se puso como ejemplo. El ato coste para el erario público que supone las medicinas y tratamiento que ella está utilizando con su enfermedad y anterior operación. E insistió una vez más a los miembros del Ejecutivo que deberían pagar más que las rentas medias y bajas. Hacer más racional los pagos.

Dejó claro que en España, por mandato constitucional, la sanidad y la educación tienen que seguir siendo universales y gratuitas. Si bien no cejó en su intento de convencer a Rajoy, y ahondando aún más en el tema educativo, fue contundente al «no ver justo que sean las Comunidades Autónomas a través de las Consejerías de Educación, las que carguen con los gastos de los cursos de grado y posgrado». Pide, pues, revisar gastos que considera obligatorios para el Gobierno central. Lo mismo que solicitan los ayuntamientos asfixiados de gastos y competencias que no les corresponden. En fin, todo quedó en ruido, ya que Rajoy vino a decir ‘ahora no toca’. ¿Tocará cuando pasen las elecciones andaluzas? .

Por otro lado, en cuanto a las reformas laborales, hoy viernes, según la secretaria general del PP, después del Consejo de ministros, «habrá un avance importante». Aunque en la línea de los desmentidos que ya nos tiene acostumbrados el PP, desde el Ministerio de Trabajo lo niegan. En nada saldrá de nuevo la vicepresidenta y portavoz, Sáenz de Santamaría y lo matizará.