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PROTESTAS CIUDADANAS

Yavlinski, descartado oficialmente de las presidenciales rusas

Putin se desembaraza del único adversario con apoyo entre los que protestan y emerge el comunista Ziugánov como alternativa

RAFAEL M. MAÑUECO
CORRESPONSAL EN MOSCÚActualizado:

La Comisión Electoral Central (TsIK) avanzó el martes que el economista liberal, Grigori Yavlinski, sería apartado de la lucha por la presidencia rusa y hoy se ha hecho oficial. Ahora el único candidato capaz de poner en peligro el liderazgo del expresidente y actual primer ministro, Vladímir Putin, es el comunista, Guennadi Ziugánov. Los comicios se celebran el próximo 4 de marzo.

Yábloko, el partido que encabeza Yavlinski, es extraparlamentario desde 2003, por lo que para poder presentar candidato a las presidenciales necesita aportar no menos de dos millones de firmas de apoyo. Las autoridades electorales explicaron esta mañana que la cuarta parte de esas firmas fueron invalidadas por considerarse falsas y eso supone superar en cinco veces el límite máximo permitido por la ley.

Yavlinski, sin embargo, niega que hubiera una sola firma falsificada y ha tachado de “políticamente motivada” la decisión. Su formación política está convencida de que detrás de lo sucedido está el propio Putin, que no quiere correr riesgos y espera poder ganar las elecciones en primera vuelta. Para ello, el jefe del Gobierno deberá conseguir más del 50% de los votos mientras que los sondeos no le asignan más del 48%. Algunas encuestas le sitúan incluso por debajo del 40%.

Así las cosas, Putin tendrá sólo cuatro contrincantes: Ziugánov, el multimillonario Mijaíl Prójorov, el dirigente del partido centrista “Rusia Justa”, Serguéi Mirónov, y el ultranacionalista Vladímir Yirinovski. El mejor situado es el comunista, aunque bastante por debajo del hombre fuerte de Rusia (menos de un 20%). Sin embargo, si en segunda vuelta quedaran Putin y Ziugánov, algunos analistas creen que podría darse una situación imprevisible.

A juicio de Anatoli Chubáis, el artífice de las polémicas privatizaciones de los años 90 y actual director de Rosnano, corporación estatal para las altas tecnologías, “el país no está preparado para tener que elegir entre Putin o Ziugánov, es una opción muy complicada y no me atrevo a hacer vaticinios. Nadie sabe cómo votarían los participantes en las protestas”. El líder opositor, Serguéi Udaltsov, uno de los organizadores de las recientes movilizaciones, admite que “el que tiene más posibilidades de ganar a Putin es Ziugánov y debemos apostar por él, aunque no compartamos todos sus puntos de vista”.

El ex primer ministro, Mijaíl Kasiánov, sin embargo, considera que, tras el rechazo de la candidatura de Yavlinski, la única salida consiste en “aplazar los comicios”, algo que el Kremlin difícilmente permitirá. El famoso caricaturista, Andréi Bilzho, también estima que lo sucedido con Yavlinski “hace que las presidenciales no puedan ser limpias ni legítimas” y llama a posponerlas o boicotearlas.

Fraude oficialista

Las autoridades municipales han autorizado una nueva manifestación para el 4 de febrero en el centro de Moscú a fin de exigir una vez más la repetición de las legislativas de diciembre, cuyos resultados, según toda la oposición, fueron falsificados en favor de “Rusia Unida”, el partido del Kremlin. Otra de las reivindicaciones planteadas será de nuevo la dimisión del presidente de la Comisión Electoral, Vladímir Chúrov, que hoy intervino ante los diputados para anunciar que no tiene la más mínima intención de abandonar el cargo. Y es que cuenta con el apoyo de “Rusia Unida”, grupo que cuenta con mayoría absoluta en la Cámara.

El 4 de febrero también saldrán a la calle los partidarios de Putin y lo harán junto a las murallas del Kremlin, un lugar vetado desde siempre a las concentraciones opositoras. Las temperaturas actualmente en la capital rusa rondan los 20 grados bajo cero, lo que puede ser un factor altamente desmovilizador.

Prójorov ha dicho que acudirá a la manifestación opositora. No oculta que su intención es convertirse en el principal candidato anti-Putin. Pero en la Rusia profunda los magnates están muy mal vistos y puede más la nostalgia comunista que rezuma Ziugánov.