Cassel, en la presentación de la cinta. / R. Villalón
CINE

«Las películas fuera del sistema son las que valen la pena»

Vicent Cassel, que estrena ‘El monje’, asegura que Luis Buñuel es el director «más grande junto a Federico Fellini»

MADRID Actualizado: Guardar
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Nada más lejos de Vincent Cassel (París, 1966) que el hábito del monje. Sin embargo, el actor francés más internacional y de atractivo menos convencional se ha puesto encima una larga túnica para interpretar al padre Ambrosio. Lo hace en ‘El monje’, película dirigida por el franco-alemán Dominique Moll que se estrena hoy en las salas españolas, tras haber pasado por el Festival de San Sebastián. Laico hasta la médula, como reconoce él mismo, es inútil pensar en Cassel como un monje piadoso y recto. El intérprete de ‘El odio’ (Mathieu Kassovitz, 1995) o ‘Cisne negro’ (Darren Aranofsky, 2010) sigue fiel a la exploración de los personajes ambivalentes y oscuros que han marcado su carrera y en esta ocasión, por mucho hábito que se ponga, no iba a ser menos.

«No hace ninguna falta ser religioso para interpretar a un monje. Si no, uno tendría que ser muchas cosas para ser actor. Lo importante es creer en el personaje y eso se hace a través de los gestos, de las maneras del individuo, que ayudan a entender cómo una persona puede llegar al extremo al que llega Ambrosio en la película», explica el propio Cassel en una entrevista en Madrid, donde pasó 24 horas para presentar un filme, que es además una coproducción española.

Asume Cassel que hasta le ayudó no ser religioso para meterse en la piel del monje. «Recuerden si no al actor de ‘La pasión de Cristo’, de Mel Gibson», dice entre risas. «James Caviezel era muy católico y se empeñó en cargar una cruz para interpretar a Jesucristo. Al final acabó con tres vértebras fracturadas y ya no puede ni trabajar».

‘El monje’ cuenta la historia de un hermano capuchino en la España del siglo XVII. Abandonado en su nacimiento a las puertas del monasterio, Ambrosio se convierte en un predicador admirado por su fervor y temido por su intransigencia y en una suerte de hombre santo a los ojos de los feligreses y de la congregación. El monje se considera libre de las tentaciones de los hombres hasta la llegada de un misterioso novicio que removerá sus certezas y le acercará al pecado. «Veo al personaje de Ambrosio como un niño grande», explica Cassel. «Ambrosio es un hombre que da lecciones de la vida sin haber experimentado nada. Su trayectoria vital tiene los elementos para convertirlo en un asesino en serie», dice sobre el destino trágico del protagonista. «En realidad, ‘El monje’ es un filme de terror católico», apunta.

La película está basada en una célebre novela gótica de finales del siglo XVIII, escrita por el británico Matthew G. Lewis a los 19 años y que provocó un escándalo de proporciones bíblicas al publicarse. No solo era la primera vez que un miembro de la Iglesia aparecía como el villano central del relato, además era una crítica afilada contra el dogmatismo católico, y un relato ‘gore’, vívido en violencia y sexualidad. Una obra de transgresión total. La novela de Lewis se convirtió en un clásico que fascinó al marqués de Sade y también a los surrealistas, entre los que estuvo, cómo no, Buñuel. De hecho, el director de ‘Viridiana’, junto a Jean Claude Carriere, llegó a escribir un guion para hacer una adaptación de la novela, que nunca llegó a realizar por falta de financiación y que finalmente el director griego Aldo Kyrou llevó a la pantalla en 1972 con más pena que gloria.

Interés por el director

Al escuchar el nombre del Luis Buñuel, Vincent Cassel pega un salto en su silla. «Para mí es el más grande, junto a Federico Fellini», admite el actor. «Lamentablemente al final de su carrera no lograba sacar adelante sus películas por falta de financiación», recuerda el actor. «Mi padre –el actor francés Jean Pierre Cassel– trabajó con él en ‘El discreto encanto de la burguesía’ y siempre fue un director cuyo cine se movía totalmente fuera del sistema», asegura.

Algo similar al cine en que le gusta trabajar a un actor que ha sabido moverse entre las elecciones más arriesgadas (recuerden si no el polémico filme ‘Irreversible’, que interpretó junto a su mujer Monica Belluci) y producciones más taquilleras como ‘Ocean’s Eleven’, de Steven Soderbergh. «Al elegir una película, me importa sobre todo el director», confiesa.

Incluso ‘Cisne negro’ no fue una elección facilona. «Era una película que nadie veía clara y que estuvo a punto de cancelarse tres días antes de que empezáramos a rodar», recuerda. «Pero creo que este tipo de películas fuera del sistema y de los formatos convencionales son las que vale la pena hacer. Como ‘The Artist’, por la que el productor Thomas Langmann –amigo personal de Cassel– está siendo recompensado ahora con tantos premios», apunta. «Si no me arriesgo me aburro, y eso es justo lo que no quiero hacer en mi vida. Tampoco aspiro a hacer cinco películas al año, con hacer una o dos que me interesen tengo», dice.

Más contenido que nunca, o «minimalista», como le gusta a él decirlo, Vincent Cassel no cree que haya llegado el momento de explorar ciertos registros más tenues que esos explosivos y escabrosos a los que nos tiene acostumbrados. «Depende de la película, por mucha contención germánica que me haya impuesto Dominique Moll en esta ocasión», bromea.

«Este tipo de papeles oscuros me interesan, me ayudan a sacar cosas de mí mismo», admite. De hecho, cuando David Cronenberg le invitó recientemente a hacer un papel pequeño en ‘Una mente peligrosa’ (2011) dice Cassel que le hizo esa misma pregunta. «¿Por qué siempre me das estos papeles de mafioso, cocainómano, torturado…? Cronenberg me dijo que me sientan bien porque yo no soy así. En realidad, soy un tipo de lo más equilibrado», confiesa el intérprete francés, aunque sus papeles en la gran pantalla digan lo contrario.