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El Museo exhibe los grabados de Goya 'Los desastres de la Guerra'

El patio central de la pinacoteca mostrará hasta finales de febrero ochenta piezas que reflejan los horrores de la invasión francesa

CÁDIZ.Actualizado:

«La fantasía, aislada de la razón, solo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos». Esta frase de Francisco de Goya presidía ayer el patio del Museo Provincial, donde se acaba de inaugurar la exposición de los ochenta grabados del pintor aragonés que componen la colección 'Los desastres de la Guerra', cedida por un coleccionista privado para su exhibición en Cádiz con motivo del Bicentenario. Estas piezas, que ya pudieron verse en la ciudad a principios de los noventa, cuando se inauguró el centro del Palillero, ocupan todas las paredes del patio central y podrán disfrutarse hasta el próximo 26 de febrero.

A modo de reportero gráfico, el genial artista español retrata los horrores de la Guerra de la Independencia (1808-1814), las atrocidades cometidas por los franceses durante su invasión y se postula claramente a favor de las víctimas. De ahí que, incluso, uno de los grabados que refleja las torturas llevadas a cabo por el pueblo a un soldado galo, lo titulara 'Lo merecía'.

Con gran realismo y crudeza, las obras, realizadas por encargo del capitán general José Rebolledo de Palafox, muestran violaciones, torturas, condenas, atracos, incendios y enormes montones de cadáveres. Resulta sobrecogedor observar el dramatismo y la tragedia que muestran los rostros pintados por Goya, de una y otra parte.

Todas las escenas hacen referencia a los sitios de Zaragoza y anticipan movimientos artísticos que se dieron después en Europa. En total, son ochenta obras, a las que se añadieron después dos más, halladas por Paul Lefort.

Las piezas se dividen en tres series: las relativas a la guerra, las de sus consecuencias y los 'Caprichos enfáticos'. En este último lugar se incluyen obras cargadas de simbolismo y alegorías, como la de la muerte y la posible resurrección de la Verdad (con figura de mujer), las dos últimas piezas. Esta última, la número 80, admite eso sí un cierto optimismo por parte del autor.

A esta muestra, una de las grandes apuestas de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía con motivo de los fastos del Bicentenario de la Constitución de 1812, le seguirá después otra relativa a la labor de los parlamentarios titulada 'El poder de la palabra' y que se centra en el trabajo de los diputados de las Cortes de Cádiz y los americanos.

El papel de la mujer

Además de los soldados franceses y los combatientes españoles, en los grabados aparecen frailes perseguidos, mendigos, refugiados y muchas mujeres, que no solo son vejadas por los invasores sino que también participan en la lucha. Tal es el caso del grabado relativo a Agustina de Aragón, heroína que aparece retratada encendiendo un cañón. Así, el autor no elude mostrar el papel activo que la mujer tuvo en la cruenta batalla.

Francisco de Goya retrata también a los ladrones que robaban las ropas a los cadáveres, animados por su espíritu de supervivencia, el hambre del pueblo y el éxodo de algunos habitantes de la ciudad, que huyeron de la matanza con sus niños y los pocos víveres que poseían.

El sadismo de los franceses puede observarse perfectamente en uno de los grabados, en el que un par de soldados se disponen a castrar a un preso con un sable. Solo hay que echar un vistazo a las caras de ambos para observar el disfrute que les producía tal atrocidad.

El realismo y la dureza de las imágenes de Goya se equipara a las fotografías de agencia que cada día llenan las páginas de los periódicos y que ilustran los atentados y barbaries acaecidas este siglo en los puntos más calientes del globo.