70.000 euros por blindar los sueños
El cabecilla de Megaupload, detenido en el zulo de lujo de su mansión, no es el único que tiene una 'habitación del pánico'. En España cada vez más chalés cuentan con zonas contra los asaltos
Actualizado: GuardarCuando a las 6:45 de la mañana del viernes en Nueva Zelanda 76 agentes se presentaron armados en una enorme mansión de 24 millones de dólares para detener al cabecilla de la web de descargas Megaupload, se lo encontraron armado y agazapado tras las puertas de su 'habitación del pánico'. Al poco tiempo, Kim Schmitz, el alemán apodado 'Dotcom', obeso, rico e histriónico, era detenido y ponía fin a su última excentricidad hasta el momento. El común de los mortales usa 'las habitaciones del pánico' de manera distinta: no cuando viene la policía, sino más bien hasta que llega ésta. Dentro de esos habitáculos, el inquilino de la casa está a salvo de casi cualquier asaltante.
'Habitación del pánico' era el título de una película de David Fincher en la que una madre -Jodie Foster- y su hija quedaban encerradas en una de estas salas ante tres ladrones. Los fortines privados ya no son cosa de las superproducciones de Hollywood: en España cada vez hay más. En el último año, los clientes y propietarios de los sueños blindados han aumentado un 30% en la lista de pedidos de Habitat Segura, una de las principales empresas del país. Según Manuel Gómez, uno de los socios, cada vez más gente decide blindar una parte de su casa ante el riesgo de sufrir un ataque. La mayoría habita en villas o casas unifamiliares, más fáciles de asaltar que los pisos. Gómez explica por qué hay españoles que se deciden a comprar una de sus instalaciones: «Antes, los ladrones buscaban casas en las que no había nadie. Ahora muchos quieren que los dueños estén dentro, pues los amenazan y usan la violencia para que el robo les salga mejor, pues encuentran lo que está escondido, pueden abrir la caja fuerte... Mira lo que le pasó a José Luis Moreno». En diciembre de 2007, una banda de albano-kosovares entraba en el imponente chalé del empresario teatral y productor de televisión en Boadilla del Monte (Madrid) y perpetraba un robo que terminó con Moreno gravemente herido en la cabeza con la parte roma de un hacha. Tiempo después, fueron detenidos a la salida de otro asalto en una casa de La Moraleja.
Noticias como estas han sembrado de incertidumbre los plácidos sueños de los barrios residenciales que cada vez visitan con más frecuencia empresas como la de Manuel Gómez. En dos meses pueden montar en la casa (nueva o ya construida) una zona de seguridad que puede llegar a acorazar una parte o toda la vivienda entera. La protección varía desde el nivel 1 al 4. El más bajo consiste en una puerta con varias capas metálicas capaz de resistir casi cualquier ataque. Las más baratas, abatibles, rondan los 2.000 euros, mientas que las correderas, de 350 kilos, se cierran en un segundo y medio y salen por unos 3.800 euros. A ojos de un extraño, no hay diferencia con una puerta normal y una decoración común, pero ese armazón es la diferencia entre un dormitorio común y una pequeña fortaleza que frene los planes de los criminales.
A prueba de ejércitos
En el nivel más alto, las paredes del espacio protegido (casi siempre los dormitorios) están revestidas por una placa de 16 milímetros del mismo acero del que están hechas las panzas de los tanques. Las persianas son antibloqueo, los cristales antibala... Todo lo controla un sistema de domótica al que se puede acceder mediante un mecanismo que reconoce las huellas dactilares y que está conectado a la alarma del hogar. Si se produce un ataque, salta la alarma, la puerta se cierra automáticamente y las personas quedan encerradas en la habitación, con sistemas eléctricos y de comunicación propios. Les bastará mirar una pantalla para ver lo que ocurre al otro lado y en los alrededores de la casa. Los de fuera tienen difícil por no decir imposible destruir el blindaje. «Necesitarían ocho kilos de goma dos». En ese caso no quedaría casa en la que entrar.
El precio de dormir tranquilo en una habitación inexpugnable de entre 30 y 40 metros cuadrados es de unos 70.000 euros, aunque en Habitat Segura han blindado un palacio de Jerez de la Frontera por 700.000 euros. «Hay gente que tiene mucho miedo... y mucho dinero», aclaran.