La UE aprieta a Irán con un embargo gradual
La compra de crudo persa cesará en seis meses para obligar al país a negociar su programa nuclearFrancia, Alemania y Reino Unido exigen a Teherán la paralización «inmediata» de la actividad en sus centros de energía atómica
BRUSELAS.Actualizado:La UE estrechó ayer el cerco sobre Irán en un intento por detener su controvertido programa nuclear. Los Veintisiete acordaron imponer un histórico embargo petrolífero al país, que entrará en vigor el 1 de julio para evitar un impacto brusco en la maltrecha economía europea. El bloqueo, que se suma al aprobado por EE UU en 1979, persigue cortar la principal vía de financiación del plan atómico persa y forzar la reanudación de las negociaciones para garantizar su naturaleza civil. Teherán, principal proveedor de crudo de varios países comunitarios, como España, recurrió a su tono más incendiario y volvió a amenazar con el cierre del estrecho de Ormuz, la gran salida para el petróleo del golfo Pérsico.
Los ministros de Exteriores europeos aprobaron el embargo en una cumbre en Bruselas tras varias semanas de negociaciones. La iniciativa, impulsada por Francia y Reino Unido, se puso sobre la mesa el pasado diciembre. Entonces, la UE empezó a considerar la medida ante las conclusiones del último informe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que enviará una delegación a Irán entre los próximos 29 y 31 de enero. El documento, basado en fuentes de inteligencia, constató la existencia de «fuertes indicios» de que Teherán intentaba construir una bomba nuclear. A esta situación se unió el asalto a la embajada británica en Teherán tras las últimas sanciones de Londres.
El tercer factor que acabó espoleando el embargo fue el endurecimiento de las restricciones de EE UU. Coincidiendo con el final del año, Barack Obama extendió los castigos al Banco Central iraní para afianzar el aislamiento internacional del régimen. La medida abrió el camino al bloqueo de los Veintisiete porque dificultaba enormemente las transacciones financieras con Teherán. Ayer, Europa siguió los pasos de su principal aliado y elevó la presión con una contundente resolución. «Las sanciones están diseñadas para que Irán se tome en serio nuestra petición de que vuelva a las negociaciones», resumió Catherine Ashton, alta representante de la Política Exterior común.
El acuerdo fue criticado por el gobierno ruso, convencido de que «bajo esta presión Teherán no variará su política». Irán, de momento, no parece amedrentado por las sanciones pese a que la UE es su principal socio comercial. Mohamed Kossari, representante del comité parlamentario de Exteriores, volvió a agitar el fantasma del cierre del estrecho de Ormuz, lo que para EE UU sería una causa de guerra. Otro cargo del régimen abogó por adelantarse a los planes de Europa y dejar de venderle crudo inmediatamente para provocar un alza en los precios. Pese al bloqueo, Irán seguirá haciendo negocios con China, su principal cliente, y otros países asiáticos.
El embargo, que afecta al petróleo y sus derivados, se activará de forma gradual hasta su vigencia completa el 1 de julio. Las empresas no podrán firmar nuevos contratos con Irán, pero tendrán estos seis meses para liquidar los actuales. De esta manera, se pretende amortiguar el golpe económico para una Europa asfixiada por la crisis y dar tiempo para encontrar suministradores alternativos.
«Sacrificio» español
Para algunos países, sin embargo, el petróleo persa tiene una importancia casi vital. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, admitió que el bloqueo supondrá un «sacrificio importante» para España, que compra a Teherán el 20% de su petróleo. El jefe de la diplomacia española anticipó que el vacío lo cubrirán Arabia Saudí y otros socios de la región, sin que el consumidor salga «perjudicado». Al parecer, los nuevos suministradores han accedido a mantener los buenos precios que ofrece su rival.
García-Margallo remarcó que el plazo transitorio de seis meses es una victoria para España porque Reino Unido, Francia y Alemania apostaban por un periodo inferior de tres meses. Estos tres países advirtieron ayer a Irán que, de no cesar» de inmediato» sus actividades nucleares, no dudarían en «aplicar medidas fuertes que comprometan la capacidad del régimen para financiar su programa atómico».
Grecia, que también sale mal parada con el embargo, se resistió hasta el último momento. Hundida por la crisis de la deuda soberana, adquiere hasta el 40% del crudo a Irán por sus ventajosas condiciones. Los socios comunitarios lograron el compromiso de Atenas con una cláusula de revisión de las restricciones.