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LA HUMILDAD

OPINIÓN
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Uno de los valores que más facilita el crecimiento de la persona y de la sociedad es la humildad. Es el reconocimiento de nuestros defectos, cualidades y capacidades para, sin decirlo y sin sentirnos superiores, obrar en beneficio de los demás. Por tanto, es el valor indispensable para poder ayudar a los que más lo necesitan. Como dice el doctor, Cesar Lozano, «la humildad es el valor que hace grande a los grandes».

No es sentirse inferior a los demás, es sentirse igual que los demás. La humildad no es pensar que la razón siempre la tienen los demás, es pensar que los demás pueden tener la razón o no.

No es pensar que lo que hacen los demás es mejor que lo que hace uno mismo, es pensar que lo que hace uno mismo puede no ser mejor que lo que hacen los demás.

La humildad no es sentirse incapaz de hacer algo por los demás, es aprovechar las capacidades que uno puede tener para ayudar a los que más lo necesitan.

La falta de la humildad es la soberbia y ésta es tan destructiva para uno mismo y para la sociedad como constructiva es la humildad. Decía Dante Alighieri: «Tres pavesas encienden la soberbia humana: el orgullo, la envidia y la avaricia». Del orgullo decía José María Pemán en la Revista Avante: «Donde reina el orgullo no hay más dios que uno mismo». De la envidia decía Luis Escobar, director de cine: «La envidia es lo más horrible que se puede sentir y además te hace desgraciado». Sobre la avaricia, el escritor, filósofo y político latino Lucio Anneo Seneca decía: «El pobre carece de muchas cosas, pero el avaro carece de todo».

También como dice María sobre la falta de humildad, en su encuentro con su prima Isabel, en el Magnificat: «Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón y enaltece a los humildes».

Es muy difícil mejorar cuando nos ciega la falta de humildad, pues nos incapacita para aceptar o reconocer nuestras debilidades, nuestros defectos o nuestros errores, porque buscaremos justificaciones en vez de buscar soluciones. Como decían los romanos, 'Excusation non petita accusatio manifestat', es decir, «excusa no pedida, acusación manifiesta». Por todo ello, si queremos crecer como personas o mejorar en algo nuestra sociedad, solo desde la humildad lo podremos hacer con efectividad.

Antonio Gómez Moreno, presidente de Madre Coraje