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Una herida muy difícil de cerrar

«Nunca he tenido nada contra Contador; ahora es el corredor más fuerte del momento», señala el danés Michael Rasmussen no termina de ser aceptado por el mundo del ciclismo

SAN LUIS (ARGENTINA). Actualizado: Guardar
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Tiene 37 años. El danés Michael Rasmussen quiere seguir corriendo al menos hasta los 40 y luego centrarse en su nuevo equipo, el Christina Watches de su país, que ha vuelto a mantenerle vivo en el mundo del ciclismo, que sigue sin terminar de aceptarle del todo, al menos parte de él.

-Se ha embarcado en un proyecto deportivo con el que se le nota ilusionado. ¿Cómo lleva su vida?

-Vivo entre México, Dinamarca a Italia. En Dinamarca está la sede del equipo, en México, la familia de mi mujer, y en Italia tengo negocios y alguna de las empresas que nos patrocinan.

-¿Que es Christina Watches?

-Una empresa de relojes. He firmado con ellos un contrato para cinco años. Mi idea es seguir corriendo hasta que alcancemos la categoría Continental Profesional, que podría ser la próxima temporada.

-Lleva un reloj con una etapa de montaña grabada en él, ¿qué significado tiene?

-Es la etapa del Aubisque, la última que corrí en el Tour. Se hizo una edición especial de este reloj, que se vende por internet al precio de 400 euros. Doscientos de ellos van a parar al equipo, para financiarlo. De momento no van mal las ventas.

-¿Han pasado cinco años desde que le obligaron a retirarse en el Tour que acabó ganando Contador y ahora vuelve a enfrentarse a él, ¿qué sentimientos tiene?

-Ha pasado ya mucho tiempo. Él está en su mejor momento como corredor y yo casi tengo 38 años. Para mí es más importante que un compañero de equipo pueda ganar una etapa, por la firma patrocinadora, que lo que yo pueda hacer. Mi carrera no va a cambiar porque yo gane una etapa en la Vuelta a San Luis. Sería distinto si fuese en el Giro o el Tour. Ahora es más importante el equipo. En esta carrera el nivel este año es muy alto.

-¿Su futuro seguirá ligado al ciclismo cuando se retire?

-Sí. Ya le he dicho que no sé hasta cuándo seguiré corriendo, pero mi idea es continuar con el equipo.

-¿Tiene alguna cuenta pendiente con Alberto Contador?

-Ninguna. Ahora es el corredor más fuerte del momento y en el Tour de hace cinco años lo era yo.

-¿Le ha visto desde entonces?

-Hemos hablado muy poco. Le vi una vez en Dinamarca, otra en Italia, en Cancún, pero no se puede decir que haya hablado con él.

-Con el paso de los años, ¿qué sensación tiene de todo lo que pasó?

-Que conmigo se cometió una de las injusticias más claras de la historia del deporte. Es algo que no se puede cambiar. Todavía tengo abierto un proceso contra Rabobank. Sé que el Tour no lo ganaré, aunque hubo momentos en que pensé que volvería a correrlo.

-¿Qué pasó oficialmente?

-Que el equipo me apartó.

-¿Lo tiene olvidado?

-¡Olvidado! Tengo una herida abierta y puede ser que necesite otros 30 o 40 años para olvidarlo, pero para entonces igual ya no vivo.

-Se le nota de nuevo ilusionado, con ganas...

-Cuando te quitan casi tu vida y vuelves a ilusionarte, a tener una segunda oportunidad, es una sensación única. Mi encuentro con Christina Watches me cambió la vida, me dio una segunda oportunidad. Hago lo que más me gusta en la vida, el ciclismo. Por eso yo le he dado una segunda oportunidad a Stefan Schumacher (que también arrastra una historia de dopaje detrás).

-Se habló de que podría volver a correr con el Saxo Bank de Contador, ¿qué hubo de cierto en ello?

-Estuve hablando con Bjarne (Rijs) hace tres o cuatro meses. Él quería, pero algunas personas dijeron que no me fichasen.

-¿Por qué le odian y le hacen la vida imposible cinco años después de su retirada del Tour?

-Siguen buscando la razón para justificar lo que han hecho. Me pasó lo mismo cuando me quiso fichar el equipo de Murcia o el Flaminia italiano. He seguido con mi vida, pero tengo el juicio con Rabobank en la Corte Suprema de Holanda el 25 de mayo. Gané el primer juicio.