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Gabriel Ginés (izq.) trata de hablar con su familia tras el atentado; a la derecha, su vehículo. :: L. CALABOR
ESPAÑA

Juzgan al comando que trató de matar a un escolta en 2007

Gabriel Ginés salvó la vida pese a la explosión de una bomba que los etarras habían colocado en su coche horas antes

MATEO BALÍN
MADRID.Actualizado:

Cuatro años y tres meses después de que se salvara de morir calcinado, Gabriel Ginés Colás vuelve hoy a revivir en la Audiencia Nacional el intento de asesinato de ETA. Este escolta privado de 40 años y natural de Zaragoza, que el 9 de octubre de 2007 conducía por Bilbao el vehículo de un concejal socialista cuando le explotó una bomba-lapa, testificará en el juicio contra los tres etarras del sanguinario 'comando Otazua' que trataron de acabar con su vida.

Se trata de Daniel Pastor, Íñigo Zapirain y Beatriz Etxebarria, detenidos en marzo de 2011 en Vizcaya en el último gran golpe policial a los comandos de ETA. El fiscal pide para cada uno 55 años de prisión por la comisión de delitos de intento de asesinato terrorista con resultado de lesiones y de lesiones terroristas.

Según el relato de los hechos, el escolta herido viajaba ese día solo por el barrio bilbaíno de La Peña, ya que el edil que tenía que proteger, Juan Carlos Domingo, de la localidad vizcaína de Galdácano, se había cogido dos días de vacaciones.

El escolta había dejado el vehículo aparcado la noche anterior en una calle de Bilbao y fue en ese lugar donde los etarras ahora juzgados colocaron la bomba. En concreto, Pastor y Etxebarria adosaron el artefacto en los bajos traseros del Renault Megane que empleaba el concejal en sus desplazamientos, mientras que Zapirain vigilaba y les ofrecía cobertura.

600 metros

La explosión se produjo a las 13.25 horas del día siguiente después de que el automóvil recorriera 600 metros desde donde estaba aparcado. «Pese a la gravedad» de la deflagración -añade el relato del fiscal- el escolta consiguió salir del coche «por su propio pie», aunque sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en la cara, cabeza, cuello, antebrazo y mano derecha, así como heridas por metralla. Pese a la conmoción, Ginés pudo hablar por teléfono con su familia para contarles que estaba sano y salvo.

Los servicios de Información de la Ertzaintza y de la Policía Nacional consideraron entonces que el comando confundió al escolta con un policía o un guardia civil, y descartaron casi por completo que el atentado fuera dirigido contra el concejal socialista. Además, señalaron que los acusados estuvieron vigilando al escolta durante los tres días anteriores y de esa forma pudieron localizar el automóvil con la ayuda de algún vecino de La Peña.

Este supuesto 'chivato' pudo además alertar a los terroristas de que Ginés solía comprobar los bajos delanteros de su vehículo, pero casi nunca la parte posterior. Esta circunstancia explicaría por qué los etarras colocaron la bomba lapa en ese lugar, donde además la explosión alcanzaría el depósito de gasolina, provocando el incendio del turismo y borrando pruebas.

El fiscal añade que en los registros que se efectuaron en los domicilios de los etarras se intervino diverso material explosivo, bombas-lapa como la utilizada en este atentado, walkie talkies, bridas de sujeción y otra documentación «que acredita su pertenencia a ETA».

Al 'comando Otazua' se le relaciona con el asesinato del policía Eduardo Puelles, el atentado contra la casa cuartel de Burgos y el coche bomba que mató en Santoña (Cantabria) al militar Luis Conde de la Cruz en septiembre de 2008.