La tensa espera de Polanco

La muerte anunciada del Grupo Maderas Polanco se acerca. La espera es tensa tanto para la dirección y directivos de la firma, como para los trabajadores y sindicatos, que tratan en las últimas semanas de acercar posturas sobre una posible salida a la crítica situación que atraviesa la firma.

Esta empresa maderera chiclanera se desangró hace años. Entre los ejercicios 2010 y 2007 el grupo pasó de facturar casi 87 millones de euros a poco más de 22. En 2011 las cifras todavía son peores, y las cuentas hablan de que en los últimos doce meses apenas han entrado diez millones de euros en caja.

Una dependencia excesiva del sector de la construcción hizo que la familia Polanco-Enri se viera abocada a presentar un concurso de acreedores hace unos meses, al que siguió de inmediato un expediente de extinción de empleo a los 292 trabajadores (38 en Granada) que todavía hoy quedan en una firma que llegó a tener más de 660.

En estos momentos el procedimiento concursal está en el juzgado de Cádiz, a la espera de que la titular de lo Mercantil abra el periodo de consultas de 30 días que marca la ley para que empresa y comité se pongan de acuerdo en una salida consensuada. Lo previsible es el cese de la totalidad de la plantilla, de la que algunos empleados llevan a día de hoy casi dos meses sin cobrar.

Curiosamente, en pleno parón de la actividad de la sociedad ubicada en el polígono de Pelagatos, se han venido incorporando en las últimas semanas gran parte de los 135 trabajadores que se englobaron en el expediente de regulación temporal de la firma Maderas Polanco. El resto lo hará en lo que queda de enero.

De igual modo, más de otro centenar de personas que se acogió al ERTE de la filial Molduras Enri también volverá al tajo, a sabiendas también de que previsiblemente no podrá cobrar su sueldo.