Pasión y emoción sin ganador en el derbi sevillano
Los dos equipos lucharon por a victoria con ambición pero sin lograr que claudicara su rival
Actualizado:Había necesidad de derbi. Tres años sin medirse los dos equipos más importantes de Sevilla eran demasiados para aficiones ardientes y deseosas de rivalizar con sus vecinos. Respondió el encuentro a estas expectativas desde los momentos previos hasta los más de noventa minutos de juego en los que las gargantas de ambos bandos se desgañitaron para declarar una superioridad que no se decidió en césped.
Con este ambiente, los futbolistas se contagiaron de los altos decibelios y se repitieron las jugadas se sucedieron con rapidez y tensión. De primeras el Sevilla se empeñó en revertir el papel de supuesto visitante y apabulló a su rival con un ataque en oleadas que solo la falta de puntería y las acertadas intervenciones del guardameta Casto dejaron sin gol. Navas atravesó con facilidad una defensa lastrada por la ausencia de Mario y la bisoñez de los zagueros béticos pero Negredo erró en sus primeras oportunidades. El Betis, enclaustrado en su campo por la voluntad sevillista y por su inexperiencia parecía destinado a las derrota sin respuesta. Pero en el minuto 25 se encontró un inesperado premio. En una falta lejos del área Beñat sorprendió a Javi Varas con un buen lanzamiento y los aficionados tuvieron que restregarse los ojos. El '10' veriblanco anotó su tercer gol en Liga, animó a los béticos a creer en un posible triunfo y dejó perplejos a los sevillistas ante un castigo inesperado por su juego.
Sin embargo, el escalofrío no modificó las ideas de los de Marcelino. Mantuvieron su presión, su dominio y Navas persistió en sus entradas desde la derecha. Al fin, en el décimo remate a portería del club rojiblanco Negredo acertó con un cabezazo para igualar antes del descanso.
El Betis avanza
Para la segunda parte los anfitriones decidieron cambiar su estrategia. Los de Pepe Mel se sacudieron el dominio sevillista y trataron de tutear a los de Marcelino. Adelantaron líneas y avanzaron para arrancar el balón a un Sevilla volcado hasta ese momento en campo contrario. La rebelión de los verdiblancos explotó con la incontestable expulsión de Fazio por doble tarjeta amarilla.
Sevillistas y béticos vivieron los últimos veinte minutos de partido con pasión y algunos cruces enmarañados aunque sin violencia. Se enfrentó la lucha entre la pausa que pedían los técnicos en la creación contra la velocidad y la ansiedad de los corazones de los aficionados. Los de Marcelino no renunciaron a la posesión a pesar de estar con diez futbolistas pero Navas quedó recluido al aislamiento. Tampoco acertaron a aprovechar la ventaja los de Pepe Mel al perder a su timonel porque la fatiga atrapó a Beñat. Con la pasión en las gradas los entrenadores apostaron por la victoria y atacaron con sus últimas sustituciones pero ninguno de los equipos se acercó como en la primera parte. Con este resultado el Sevilla prolongó su racha a cinco partidos sin victoria y el Betis desperdició su ocasión de derrotar a su eterno rival.