Rafa Nadal pasa el rodillo y ya está en los cuartos de final

Es cierto que sus rivales hasta el momento no han sido ni mucho menos de entidad. En primera ronda, Kuznetsov, el número 167 de la ATP; en segunda, Haas, el 190 del mundo, y ayer, Lukas Lacko, el 119 en la clasificación. Pero la falta de consistencia y la ausencia de jugadores más peligrosos le ha ayudado en los cambios que está llevando a cabo. Porque Rafa Nadal continúa probando cosas. Sigue intentando mejorar su tenis. Y el partido de tercera ronda ante el eslovaco Lacko, al que arrolló por 6-2, 6-4 y 6-2, es una buena muestra de ello. «Me he encontrado bien, muy sólido», aseguró al final del encuentro el balear.

El choque comenzó como siempre. Porque si hay una apuesta cercana a la seguridad total en el mundo del tenis es que Nadal gana su primer juego al resto. Como en las dos rondas previas, el español empezó de esa manera. No es una cuestión de azar. Es parte de la estrategia del manacorense para dinamitar la confianza de sus oponentes y fortalecer la suya. Ese impulso inicial le animó a probar cosas nuevas desde los primeros compases. De ahí que las dos primeras bolas de rotura que tuvo en contra fueran salvadas gracias a su volea, uno de los golpes que más ha mejorado en los últimos años. Aun así, Lacko consiguió igualar el duelo en su quinta oportunidad de rotura. «He cometido errores en el segundo juego. A partir de ahí el partido ha sido bastante completo», confesó el número dos del mundo.

De menos a más

Pese al dubitativo e incómodo comienzo de parcial, el segundo cabeza de serie del torneo cerró la primera manga sin sufrir. Su servicio, muy incisivo en el acto inicial fue mejorando al mismo tiempo que el encuentro avanzaba. Además, Nadal encontró el talón de Aquiles del eslovaco: su resto en el lado de la ventaja.

La última manga fue un paseo para Nadal, que selló su pase a los octavos de final del Open de Australia.